Un hígado destinado para un trasplante necesita no pasar más de doce horas fuera del cuerpo, una traba que podría acabar gracias a una nueva tecnología que permite conservarlo, al menos tres días, como se ha demostrado con un paciente que sigue sano un año después de haber recibido el órgano, según un estudio publicado el martes (31.05.2022) por la revista Nature.
En un proceso tradicional este órgano habría sido desechado, pero este fue tratado. Con esta nueva tecnología, que aún requiere de más ensayos antes de pensar en su uso habitual, se abre una ventana para “aumentar el número de órganos trasplantables, así como reducir las listas de espera y, sobre todo, salvar muchas vidas”, explicó Lucía Bautista Borrego, del Hospital Universitario de Zúrich y coautora de la investigación.
La nueva técnica que alarga la utilidad de un hígado
La brecha entre la demanda de trasplantes de hígado y el número de aquellos que están disponibles se incrementa. Además, como la práctica clínica consiste en almacenarlos durante no más de 12 horas en hielo, el número de órganos es limitado.
Para buscar una alternativa, el equipo encabezado por Pierre-Alain Clavien, del Hospital Universitario de Zúrich, logró conservar durante tres días el hígado fuera del cuerpo gracias a una máquina que realiza una técnica conocida como perfusión normométrica ex situ.
Simulación del funcionamiento del cuerpo humano
La técnica consiste en perfundir órganos dentro de un rango de temperaturas consideradas fisiológicas (de 34 a 37 grados), con lo que su funciones metabólicas están activas, y no “en reposo”, como ocurre con la perfusión hipotérmica (a bajas temperaturas), destacó Bautista.
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