Alexander Bonilla Durán,
ambientalista
Política para nuestras cuencas hidrográficas
Los políticos, los gobernantes deben establecer un compromiso concreto para propiciar un correcto manejo de nuestras principales cuencas hidrográficas, principalmente lo del río Grande de Tárcoles. Debe establecerse un proyecto modelo que permita en pocos años recuperar esta cuenca que desagua el Valle Central Occidental. Debemos comprometernos todos para que este río deje de ser considerado la cloaca abierta del Área Metropolitana. Para ello debe planificarse el uso del territorio en función de la calidad de los suelos y la capacidad de carga de ellos.
Particularmente creo que debe darse un compromiso con los pobres, con los más desposeídos. Hay que ayudar a las comunidades marginales a no vivir en áreas de riesgo, ya sea a orillas de ríos o cerros. La pobreza no debe convertirse en parte del deterioro ambiental. Los pobres tienen derecho a la esperanza de tener una casa en un sitio apto y sin amenaza de la naturaleza por negligencia de los gobernantes.
Los políticos deben entender que también un compromiso ambiental tiene que ver con el ser humano, donde el hombre y la mujer se convierten en el principal recurso natural a proteger, en especial los niños.
Los niños tienen derecho a la esperanza. El futuro es de ellos, pero la responsabilidad es nuestra.
Políticas lógicas ambientales
Un político o gobernante no podrá enfrentar los problemas ambientales si no reconoce que estos pasan por la resolución de las desigualdades sociales y económicas de los más necesitados.
Será muy difícil enfrentar la situación ambiental de Costa Rica mientras exista hambre, mientras la gente no tenga acceso real a una vivienda digna, a fuentes de empleo, a una educación universitaria gratuita. Tampoco el cambio ambiental se logrará solo con leyes. El político debe entender que lo que hay que confiar es la mente y el espíritu de los costarricenses.
Pero también un compromiso ambiental tiene que ver con luchar para que a nivel internacional se reconozcan precios justos por los productos que cultivan nuestros agricultores y agroindustrias. Debe propiciarse el acceso a tecnologías modernas menos contaminantes y menos dependientes del petróleo. Al país hay que prepararlo para enfrentar el agotamiento del petróleo. Por lo tanto, hay que establecer el ahorro energético. Tenemos que ser autosuficientes en energía eléctrica, con fuentes alternas o incrementando la hidroelectricidad pero en forma sostenible. La Costa Rica del futuro necesita seguridad energética para salir del subdesarrollo.
Las ciudades y campos deben tener aire limpio. Se deben controlar las fuentes fijas y móviles generadoras de gases efecto invernadero. Para ello hay que descentralizar las industrias y los transportes en el conglomerado urbano metropolitano. Hay que impulsar el transporte eléctrico y el uso de gas orgánico de cocina, en los vehículos.
Recursos Naturales en la Política Nacional
A los políticos les manifestamos que debe existir un compromiso ambiental para tener una economía sana que considere a los recursos naturales como un activo a proteger y desarrollar con criterios de sostenibilidad. Hay que incorporar en las cuentas nacionales la variable ambiental, para que los índices económicos reflejen realmente el estado ambiental del país.
El gobernante debe tener un compromiso con la naturaleza para buscar que tengamos un país más lleno de árboles, para impulsar la reforestación con oportunidades comerciales, de desarrollo y de protección de cuencas y mantos acuíferos. Debe comprometerse a no permitir la tala despiadada en las pocas áreas boscosas que nos quedan como en la Península de Osa, y a impulsar la reforestación y la recuperación de áreas degradadas irracionalmente por la mano del hombre como es la zona de Puriscal y en general el Pacífico Central.
Los bosques deben perdurar, ya no nos pertenecen. Pertenecen al futuro. Pero es nuestra responsabilidad cuidarlos y hacer viable su variabilidad genética. El campesino, el ganadero, el industrial, el ciudadano común, deben sentirse comprometido con los árboles de Costa Rica, pues como dijo Alfredo Anderson, precursor de la reforestación “amar a los árboles es amar a la patria”.
Seguiremos con el planteamiento ambiental dirigido a los políticos. Señores candidatos no nos ofrezcan libros y programas políticos que no van a cumplir. Expongan cosas claras y concretas. Lo que a veces necesitamos es voluntad de decisión de su parte. No queremos más cosmética ambiental en los políticos. Queremos credibilidad y transparencia.
La protección de los recursos naturales
Para los neoliberales ambientales los recursos naturales son valores económicos. Para ellos es necesario privatizar y comercializar la biodiversidad; los bosques deben seguir cayendo bajo los planes de manejo sostenibles; los parques nacionales deben convertirse en botaderos de desechos industriales de empresas extranjeras; en traficar con influencias para favorecer los intereses de una empresa que contamina; en aquel que piensa en privatizar los parques nacionales. Neoliberal ambiental es aquel que ve en los recursos naturales un negocio a corto plazo; es el que no piensa en las generaciones futuras. En consecuencia el Neoliberal Ambiental no puede ser un buen Estadista, pues no ve más allá de su nariz, y lo que logra ver lo ve con signo de dólares.
Algunos creen no podemos producir sin contaminar; pero cuando vemos los resultados de ello descubrimos que el daño es tremendo. Las medidas de control ambiental no pueden darse siguiendo las leyes del mercado. Hay que apelar valores distintos como el respeto a la vida y pensar en las generaciones del futuro. Las actuales generaciones, empresarios, industriales, etc. deben entender que hay bienes como los de la naturaleza y el ambiente que podemos usarlos a como nos de la gana.
No permitamos en Costa Rica un neoliberalismo ambiental salvaje; pues si lo hacemos estaremos al borde del precipicio; cometeríamos un ecosuicidio.
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