Mario Granados Chacón,
Doctor en Educación
“…¿Cómo corregir las conductas de egoísmo y explotación en una sociedad que no ha sido educada en el amor y la solidaridad?
¿Cómo mejorar la visión de vida y el gusto por la belleza de una población de personas adultas que no han sido educadas en esto desde niños?
¿Cómo transformar la conducta transgresora en una sociedad que no ha sido educada en la convivencia sana y en la capacidad de relacionarse con las otras, con los otros y con la creación toda, en actitud de respeto, gozo y cercanía?…”
EDGAR CESPEDES RUIZ
El sacerdote pasionista estadounidense Thomas Berry (1914-2009) ha apuntado: “…los pueblos aborígenes del mundo entero, guardaron siempre el sentido mágico del cosmos. Sostenían que para aprender acerca de nuestros orígenes debíamos mirar hacia los cielos. Nosotros en el período moderno le hemos restado el carácter sagrado al cosmos, y los historiadores al intentar explicar una historia del mundo y de la humanidad, lo hacen interpretando tan sólo la actividad de los hombres, y no de una manera holista que integre al mundo con los humanos actuando en él…Los científicos tienden a separarlos, como si fueren apéndice el uno del otro…”
En este mismo sentido, la crisis de modo de vida actual es secuela y resultado de la vigencia de una exclusiva racionalidad instrumental, convertida en una herramienta paradigmática, siendo necesario establecer una ciencia de la conciencia. Recordemos, tal como señaló en su momento el científico Carl Sagan que “…el Universo no está obligado a estar en perfecta armonía con la ambición humana…” Tocaráentonces construir efectivamente, una nueva sociedad justa y sustentable consolidada a la luz de la complementariedad– de lo complejo y lo simple – donde los principios éticos que le otorgan apoyo, permitan crear conciencia sobre las profundas desigualdades económicas y sociales, sobre la destrucción de los sistemas ecológicos, sobre el hambre, la desnutrición, la guerra, la drogadicción, la corrupción pública y privada, la inseguridad y tantos otros graves problemas que aquejan al mundo de hoy.
Una nueva sociedad en donde ser justo y practicar la justicia, nazca del corazóny del amor por los demás y no producto de imposiciones objetivas. Una nueva ética que trascienda todas las religiones. Una espiritualidad que adquiera caracteres pragmáticos y que la misma exista a través de una experiencia vivencial, entendida esta última como aquella fuerza que permite vivir, que impulsa a crear y soñar, arrastrando con la fuerza de la pasión para así renovar lo establecido. El Espíritu no separa, no divide o segmenta. Expresado de otra forma: “…no es más que la desvinculación del ego separado y la integración con el todo, partiendo de lo que existe…”
De esta manera, vivir espiritualmente nos traslada al concepto de que hemos de vivir responsablemente.Dicha apreciación de la vida nos previene acerca del compromiso de integrar principios éticos que han de velar, no sólo por los intereses de los seres humanos, sino también por los de su entorno, concebido este último como aquella percepción ecológica espiritual, mediante una conexión profunda de la vida. Es a la vez, reflexión interior y actuación exterior.
Corresponderá por fin,- tal como nos ha dicho Jaworski(1996)– provocar una aceptación plena de laincertidumbre convertida entonces – a partir de una nueva actitud – en una maravillosa aventura.Teniendo en cuenta una dimensión biológica de la intimidad, podemos afirmar que sin espíritu, resulta imposible entender la vida; desde una dimensión sicológica, advertimos que sin espíritu no existirán sueños, satisfacción, en fin felicidad; desde una perspectiva socialentendemos que sin espíritu, no existe pasión ni transformaciones; y desde su apreciación artístico-científica, no puede haber construcción creativa.
Por eso y según como lo ha expresado el Dalai Lama(1935)“…la espiritualidad humana básica es mucho más importante que la religión. Es una inclinación hacia el amor, la bondad y el cariño que todos tenemos dentro de nosotros, sea cual sea la religión a la que pertenezcamos…Creamos en una religión o no, todos tenemos dentro ese manantial ético elemental, humano y primordial. Debemos cultivar ese fundamento ético. Nos ayudará a preservar el medio ambiente…”Una ética sustentada en el amor, que al decir de KhalilGibran“…no da nada más a sí mismo y no toma nada más que de sí mismo…”Porque como agrega el ilustrado escritor libanés “…sólo el amor, por la sencilla razón de ser el único que toma y reúne a los seres por el fondo de si mismos, es capaz de dar plenitud a los seres como tales, al unirlos…”
Esta nueva concepción ética– dimensionada hacia a un nuevo renacer espiritual -podrá surgir y llegará a tener sentido únicamente, en la configuración de un nuevo modo de convivencia sistémica, justificado en los actos que establecen al otro como legítimo otro y no como un extraño.Educando en los nuevos valores, brindando igualdad de oportunidades, sumergidos en los conceptos de la totalidad, en donde “…todos nosotros estamos llamados a crear espacios para que fructifique la civilización del amor. Todos nosotros tenemos el compromiso de ser constructores de la Nueva Sociedad…”Y en ese mismo orden de cosas, es importante señalar que, tal como lo ha expresado el teólogo suizo Hans Kung(1928)que “…no habrá paz entre las naciones sin paz entre las religiones; no habrá paz entre las religiones sin diálogo entre las religiones; no habrá diálogo entre las religiones sin estándares éticos globales; no habrá supervivencia en paz y justicia en nuestro mundo global sin un nuevo paradigma de las relaciones internacionales, fundado en estándares éticos globales…”
Excelente artículo Don Mario. Muchas Gracias,