Visión CR

Paradoja del Día del Árbol

Hoy miércoles 15 de junio se festeja en Costa Rica el Día del Árbol. Una celebración que en nuestro país lamentablemente refleja tintes muy paradójicos, considerando que mientras unos defienden nuestros árboles y bosques o re siembran especies autóctonas en espacios recreativos, otros -generalmente personas que laboran en instituciones de servicio público- se constituyen en depredadores al tasajear indiscriminadamente las ramas, cortar árboles sin compasión alguna y dejar pelados bulevares y avenidas donde el cemento -que refleja el calor con más intensidad- se constituye en un horizonte sucio e interminable.

Barrios capitalinos de los cuatro puntos cardinales, donde hace pocos lustros aún encontraban los ciudadanos la sombra fresca donde esperar el autobús, comerse un helado, darse un beso o reposar de los mandados cotidianos, viendo pasar a los demás transeúntes, lucen ahora desprolijos, prácticamente yertos.

Algo habrán notado quizás las decenas de personas que se arremolinaron alrededor de la rotonda de la Fuente de la Hispanidad, para celebrar el triunfo de la Selección de Fútbol, ante el enorme vacío que produjo la tala de los pinos a lo largo del bulevar de San Pedro.

En San José en el transcurso de las últimas tres décadas se ha invertido mucho; no solo en adecentar los parques sino también en colocar en distintos sitios, algunas muestras de arte contemporáneo. Pero algunas de las esculturas de hierro y feos grafitis que cubren paredes y ocupan espacios enormes en sitios que ya por sí mismos tienen una identidad histórica, son en muchos casos, de mal gusto y no parecen reflejar el alma campechana, sonriente y luchadora del costarricense ni su afán por destacar en el cuidado del medio ambiente y de la naturaleza.

Sembrar árboles tiene tantas bondades…entre ellas, que son tan eficaces como los diques contra las inundaciones y en Costa Rica, éstas abundan durante gran parte del año.

¿Por qué no recurrir a las maravillosas especies de árboles y arbustos con qué cuenta nuestra bendecida tierra? ¿Por qué no emplear a jardineros y campesinos que sepan qué y dónde sembrar para disfrutar la sombra, la belleza, el verdor que refresca la vista y que brinda paz interior? ¿No sería esa una planificación más hermosa, viva, saludable y adecuada con las necesidades evidentes de recuperar el entorno natural, aún en pleno espacio urbano?

AL celebrar el Día del Árbol desde esta tribuna hacemos un vehemente llamado a nuestras autoridades, a la empresa privada y a la ciudadanía costarricense para que priven en todo momento, el respeto, cuidado y preservación de los árboles, guardianes eternos del agua, la serenidad y la armonía.


 

Agregar comentario

Deja un comentario