La izquierda colombiana gobernará el país los próximos cuatro años por primera vez en su historia.
Gustavo Petro ganó las elecciones colombianas al obtener un 50,4% de los votos frente al 47,3% del candidato populista Rodolfo Hernández. La contundente victoria del Pacto Histórico confirma el deseo de cambio de los colombianos, que pasaron página a décadas de gobiernos conservadores.

Petro doblegó con mayoría absoluta las resistencias que genera en parte de los ciudadanos el mero hecho de mentar su nombre. Esta era su batalla contra Rodolfo, pero sobre todo era una lucha sobre sí mismo. El antipetrismo es enorme en un país marcado por la violencia de décadas de conflicto.
Petro, exguerrillero del M-19 y abanderado de la izquierda, encarna para muchos colombianos todo lo que siempre han querido mantener alejado del poder.
“A partir de hoy Colombia cambia. Es otra. No es un cambio para vengarnos ni para crear más odios”, dijo en su primer discurso como presidente electo. Ahí arriba en la tarima, donde intentó verse tantas veces sin éxito, Petro tomó su primera decisión, con una enorme carga simbólica. Pidió a la Fiscalía que “libere a todos los jóvenes” arrestados durante las protestas y el estallido social de 2021.
Petro tiene enormes retos por delante. No fallarle a todos los que esperan que su llegada al poder suponga un cambio real en sus vidas. Pero también unir a un país roto y dividido.
El presidente electo plantea cambiar el modelo productivo del país e iniciar una transición energética para reducir la dependencia petrolera. También acabar con el hambre y reducir la pobreza, que hoy afecta al 39% de los 51 millones de colombianos.
El país tendrá, por otra parte, la primera vicepresidenta negra de su historia. Francia Márquez, la ambientalista afrocolombiana que tuvo que abandonar su territorio amenazada de muerte, será también la ministra de Igualdad.

El voto afro, el de las mujeres, el de los territorios, el de aquellos a los que ella llamó “los nadies” y que se vieron reflejados en esta madre soltera, rostro de todas las violencias del país, y que hoy llegan de su mano a la cima del poder ejecutivo. “Vamos a reconciliar a esta nación, vamos por la paz de manera decidida. Vamos por la dignidad y por la justicia social”, dijo la noche del domingo, convertida en lo que nunca una mujer como ella había logrado en este país.
Se cerraron las urnas. Se terminó la campaña. Hoy lunes Petro arranca la mayor de sus batallas. La de cumplir las expectativas y la de ganarse a los otros. La que definirá cómo entra su nombre en la historia de Colombia.
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