Empujar el péndulo de la historia

Pilar Rebollo, activista pro vida

En 2023 se cumple medio siglo de que la Corte de Estados Unidos avaló el aborto hasta la semana 23 de embarazo, porque hasta ese momento se consideraba apenas viable el ser humano en gestación.

El pasado 22 de enero, un grupo de seis voluntarios mexicanos de la organización “Pasos por la Vida”, asistimos a la “March for life”, una marcha distinta y que pretendió ser la última contra el “Roe vs Wade”.

La razón es que, desde octubre del 2020, cuando la Corte Suprema de EEUU confirmó a Amy Coney Barrett, propuesta por el entonces presidente Trump, como la jueza sucesora de la difunta magistrada Ruth Bader, ícono feminista y pro aborto, los estados que conforman la nación americana perdieron el miedo a revocar el decreto que permite el aborto hasta la semana 23 y considerarlo hasta la semana 15 o incluso abolirlo. Lo cierto es que es ahora cuando los ministros en su mayoría son conservadores, como no había sucedido desde hace casi un siglo.

Esta Marcha se jactaba de ser de la generación “Post-Roe”, que presenciara y revocara dicho decreto.  Este espíritu, a los mexicanos nos sirve, para entender que el péndulo de los valores no se mueve solo, debe ser impulsado por los interesados y así como pareciera que en Estados unidos va de regreso a la protección de la vida, así, en México creemos que dicho péndulo, está siendo empujado organizadamente, hacía la vulnerabilidad de la mujer, de la vida y ahora del médico.

En Estados Unidos, incluso, los “pro-choice” saben que se está por terminar la vigencia de la ley que les favorece y no se piensan quedar de brazos cruzados. Quieren retomar la política, el poder y aliarse con las tribus que hoy dan la batalla y son escuchados en su país y el mundo.

Esta marcha por la vida, que presenciamos y en la que Pasos por la Vida, participó activamente, es probable que efectivamente sea la última, así como se conoce.

Hay al menos 20 estados listos para revocar “Roe vs Wade” en sus legislaciones, pero no por eso la batalla por la vida y la defensa de la mujer habrá terminado. Aún quedará esa cultura de descarte. Los abusadores seguirán ahí y habrá que proteger a la mujer y la vida de esa vulnerable situación en que se encuentran.

La cultura seguirá siendo el campo por evangelizar, para remplazar con amor todas esas heridas que ha dejado el mismo aborto en la sociedad, y en las mentes de tantas personas que lo tienen como un derecho básico y universal.

Es probable que Roe vs Wade no cumpla los 50 años como ley vigente, pero el daño está hecho. Ni la misma Roe, quien en realidad se llamaba Norma McCorvey, pudo revertir el daño confesando incluso que el pretexto de su caso era falso: su embarazo no fue por violación y estaba arrepentida del daño que veía estaba creciendo, pero nadie quiso escucharla.

La presencia de “Pasos por la Vida”, como representante de la lucha mexicana no pasó desapercibida. Incluso sorprendió a algunos que daban por hecho que en la casa de María de Guadalupe se respetaba la vida. Cargar con una bandera mexicana en una concentración estadounidense, nos atrajo micrófonos, amigos y opositores. Les interesaba escuchar qué hacía una delegación latina ahí, soportando un frío inusual y qué tiene que aprender de un país que luego de 49 años, sigue congregando y creciendo en unidad de ciudadanos, credos, generaciones y escuelas valientes que valoran su oportunidad de vivir para defender la vida de otros.

Una vez ahí, frente a los micrófonos curiosos, defendimos a la vida, a la mujer, pero también, al representar una reconocida Latinoamérica machista, alzamos la voz por los hombres que están siendo silenciados, discriminados de su papel en la paternidad, e incluso hablamos de los hombres “premiados” con el aborto para seguir abusando de mujeres sin que nadie los persiga, sin consecuencias tangibles por sus actos.

Este año, nos quedó claro que será ardua la batalla por revertir la cultura, además de la ley, pero, aunque pasen 50 años, no desfalleceremos. Siempre vale la pena y es necesario que alguien empuje el péndulo de la historia y los valores de regreso.