Visión CR

Euforia en el campeonato nacional, debacle en el futbol menor



Erwin Wino Knohr,

Periodista y entrenador deportivo

Dicen que nuestro fútbol es emocional. A veces lo es. Muchas veces más que menos. Todo depende del rival. De la competencia. Del momento.


Muchos entrenadores, que pasaron por nuestro fútbol, se aferraron a esa capacidad emocional de nuestros jugadores para lograr triunfos resonantes. Recientemente lo hizo la Selección Mayor al clasificarse al Mundial de Catar.


Recuerdo un entrenador que ganó campeonatos apoyado en la sandía.  Con una dosis, o varias, diarias, logró meter en una burbuja de éxito y euforia emocional a toda la afición, incluyendo dirigentes, comentaristas y otros más. Fue uno de esos personajes inolvidables y su legado quedó en la historia futbolística del país.


En el futbol siempre hay una conexión o relación entre la fantasía y la realidad cuando se persigue el éxito. Lo vemos en la política, en la economía, en la salud, en el futbol, y si nos desarrollan esa emotividad: sabe qué? ,como dice nuestro Presidente apelando en dos palabras a la emotividad nacional, se consigue el éxito aunque sea un éxito efímero. El tico es emocional y el que descubre como desarrollar esa emotividad, aunque sea con un pedazo de sandía, alcanza el objetivo.

Perdimos, una vez más, la clasificación a un Campeonato Mundial con la Selección Sub-20. Pero esa no es ninguna noticia. Cómo va a ser noticia si en una década (2013 al 2023 cuando se celebre esa competencia) solo participamos en un mundial? (Corea 2017). Y lo mismo ha sucedido con las otras selecciones menores.

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Cada vez que se pierde un partido, el campeonato nacional o en este caso la clasificación a un mundial, culpamos a la táctica usada por el entrenador y nos sumergimos en analizar lo que sucedió, no sucedió, y casi sucedió.
La táctica no es el factor más importante que determina cómo gana, empata o pierde un equipo. Es un factor entre muchos, pero solo es uno de los hilos que se entrelazan con el talento, la aptitud, la actitud, la motivación y la fuerza. Un equipo bien preparado juega diferente, comparándolo con otro mal preparado.

La pregunta entonces es: por qué nuestro fútbol no está bien preparado y solo consigue éxitos efímeros apelando a la parte emocional?

 Entonces, importa la táctica? Si el entrenador y los jugadores interpretan, saben y entienden que el juego tiene dos fases: una defensiva, cuando no se tiene el balón, y otra ofensiva cuando se tiene la pelota, y cómo aplicarse en cada una de ellas, todo es más sencillo.


Si hablamos de táctica hay muy pocos absolutos. No existe la mejor formación. Todo depende del equilibrio entre ataque y defensa. Todo depende de las circunstancias, los jugadores que están disponibles y su interpretación del juego, su estado físico y mental. Además el estado del rival, sus jugadores, su formación, su condición. Todo entonces es relativo. Pero el entrenador y cuerpo técnico es el gran responsable en descubrir las debilidades y fortalezas de su equipo para vencer al rival y es la Federación la encargada de supervisar todo ese trabajo.

Entonces: Cuál es el papel de la Federación en el futuro del fútbol nacional? Preparar las selecciones menores? Mandarlos a fogueos a veces sin sentido, solo para que los chicos hagan grupo y sepan movilizarse en un aeropuerto y dormir en un hotel?

Tiene la Federación de Fútbol, como órgano rector, un plan, un verdadero plan para mejorar el futbol? Tienen estas selecciones menores las muchas comisiones que hay en los procesos de la Selección Mayor?

En una época, la de Hermes Navarro (gepd), Clemencia Conejo y José Joaquín Aguilar, donde las selecciones menores asistían a casi todos los campeonatos mundiales, se inventaron las Selecciones Regionales. Esta Federación retomó esa práctica, pero deformada. De esas selecciones  se sacaban los integrantes de las selecciones menores.

Cómo escogen ahora una Selección Menor? Cuando veo los integrantes, por lo general, son de los equipos de la UNAFUT: Saprissa, Alajuelense, Herediano, Santos, San Carlos, Cartago y el resto, más algún colado de LIASCE.

Entonces para integrar una selección los chicos deben jugar en alguno de estos equipos. O sea: ya la Federación no realiza esa labor y es mucho más fácil que sean estos equipos los que digan cuál es bueno o malo para una selección. Y lo peor : si alguno sale del país y está en Europa y la prensa lo catapulta, sin que tengan ninguna participación activa,  es más que suficiente para ser seleccionado. Pregunto: A cuántos de estos chicos  la Federación le dio seguimiento real en los equipos donde juegan? Los vinieron alguna vez a observar y analizar y hablar con sus entrenadores?

Qué se está buscando: gastar o invertir en el futuro futbolístico del país? Están preparando bien a los chicos que seleccionan o esa es una función, que nadie controla, que se la dejan a los equipos de UNAFUT, LIASCE y LINAFA?

 Así podemos comprender por qué nuestros jóvenes salen contratados y a los pocos meses los regresan, al no tener la intensidad y dinámica necesaria para triunfar.


En el futbol actual se requiere más que comer sandía. Y sabe qué? A como se está manejando el futuro se vislumbran negros nubarrones en el horizonte, porque la conexión entre la fantasía y la realidad cuando se persigue el éxito no depende de un pedazo de sandía o de alguna ocurrencia .

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