Visión CR

Un rayo de esperanza

Uno de los poemas más hermosos de Jorge Debravo dice así:

“A pesar de la muerte y de la guerra, el amor bajo el hombre está creciendo. Os lo juro por todo lo que amo y todo lo que espero…”

Recientemente, a raíz de las emergencias por las inundaciones provocadas por los fuertes aguaceros y el paso de la tormenta tropical Bonnie, especialmente por la zona norte de nuestro país y parte de la hermana Nicaragua, hemos recibido el ejemplo enaltecedor de instituciones de servicio público como lo son la Cruz Roja Costarricense, el Instituto Meteorológico Nacional, la Comisión Nacional de Emergencias y la Fuerza Pública, las cuales integradas a un sistema nacional de ayuda, se han hecho cargo de evacuar, abrigar, alimentar y resguardar la vida de centenares de personas en nuestro territorio.

Sin mucha alharaca, una vez más han desarrollado ordenadamente y con los recursos a su alcance, una labor titánica en procura del bienestar de muchas familias, cuyos hogares y quehaceres diarios se han visto fuertemente golpeados por los avatares del clima, el desbordamiento de los ríos y los deslizamientos de tierra.

Un ejemplo de que como lo dijo el poeta, cuando unos pocos con fuerte vocación de servicio, sin afán de protagonismo y sin egoístas intenciones ocultas, trabajan juntos por sí mismos y por sus conciudadanos, la fe y la esperanza pueden dejar de ser anhelos para convertirse en realidades.

Nuestro país necesita de muchos de esos ejemplos para que la ciudadanía logre recobrar la confianza en los sectores que representan al liderazgo político, religioso o social. Ni las promesas endulzadas y lanzadas al viento con tonos dramáticos ni las abruptas imposiciones cumplirán jamás con esa necesidad.

Lo que ahora cuentan, son los hechos. El ejemplo, que habla por sí solo y que tiene cara visible. La coherencia en las decisiones que se implementen y el trabajo de equipo que pueda realizarse en cada área donde se detectan fragilidades; labor en la que deberían incorporarse personas de bien, experimentadas, con probada probidad y capacidad de servicio que puedan ponerse de acuerdo en plazos prudencialmente cortos, para plantear soluciones viables y transparentes en temas tan importantes para el país como lo son: la educación, la justicia y la moral.

Esa es la forma en que se demuestra el amor por Costa Rica. Aportando cada quien, desde su espacio, al bienestar común. Y por supuesto diciendo ¡presente! como las generaciones enteras a las que les enseñaron esa hermosa palabra, desde la tierna infancia, cuando con el cabello aún húmedo, esperaban de pie oír su nombre en la lista de la escuela.

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