Erwin Wino Knohr, periodista y entrenador deportivo
¿Cuál es el jugador más grande, el mejor, en los últimos 50 años de nuestro futbol? Alejandro Morera, Fello Meza, Leonel Hernández, Yuba Paniagua, Fernando Hernández, Walter Centeno, Joel Campbell, Bryan Ruiz, Celso Borges, Keylor Navas o cualquier otro que se le ocurra.
Si se le pregunta a un argentino no tiene dudas y diría Maradona. Un brasileño Pelé, los holandeses Johan Cruyff, los portugueses Cristiano Ronaldo y los españoles Andrés Iniesta o Raúl González. No creen que eso dice mucho, o al menos algo sobre nuestro futbol que no tiene un referente, un ídolo para las nuevas generaciones de futbolistas .
Hace pocos días, el miércoles 29 de junio de este año, la Selección Sub-20 quedó fuera, eliminada al próximo mundial a celebrarse el próximo año, al perder con Estados Unidos.

Después del partido la frustración venció a los seleccionados y armaron una monumental gresca. La fresa en el pastel, de esa eliminación, la pusieron nueve jugadores castigados, suspendidos por la CONCACAF, (dos con seis partidos y seis con tres), castigos que deben cumplir en su categoría o en la superior de cualquier selección donde fueran convocados.
Carlos Barahona (Cartaginés), Brandon Aguilera (Guanacasteca), Roan Wilson (Grecia), Ian Lawrence (Alajuelense), Dilan Brand (Jicaral) y Andy Soto (San Carlos). Algunos de ellos juegan o jugaron con estos equipos a préstamo, pero pertenecen a los equipos grandes.
A Andrey Soto,(con seis partidos de suspensión), la UNAFUT, como rector, director y organizador del futbol de primera división, lo nominó, entre algunos otros, como el mejor novato en el pasado Torneo de Clausura ganado por Cartaginés.

Cuáles fueron los atributos que llevaron a la UNAFUT a realizar esa nominación? Posiblemente vieron sus minutos jugados, si anotó algún gol, pero nunca cuando la frustración y la ira se apoderó del jugador porque perdió un partido.
Imaginemos que fuera escogido como el mejor, cuál sería el comportamiento de los más jóvenes, de los niños que pueden ver sus acciones como necesarias para ser considerado el mejor. Seguro el argumento o excusa de la UNAFUT, es que esa eliminatoria mundialista no tiene nada que ver con el torneo local.
Es tiempo que en los equipos menores se le de importancia al ser humano no como jugador, y una mercancía a la que hay que sacarle provecho comercial a través del futbol. Es importante que conozcan su entorno, el ambiente donde se mueve, su familia, las condiciones donde y como vive, su educación y necesidades emocionales.

Seleccionar jugadores en divisiones menores es complejo y debe ser realizado por personas, entrenadores, que además de futbol tengan conocimiento y capacidad de entender que la esencia en cualquier equipo o grupo es el ser humano como ser social. Así se construyen los patrones de organización en el futbol moderno de alto nivel.
El conocimiento del entrenador debe estar entonces en la observación, ver los procesos reflexivos, conscientes y no conscientes y apreciar cuando se produce un cortocircuito en el accionar del jugador para solventarlo, ayudarlo, para no perderlo como persona o sacarlo de la actividad como lo es un equipo de futbol o una selección nacional para no perjudicarlo más.
Sospecho, una vez más, que fracasar en nuestro medio es normal, y si al fracasar los jugadores sacan la bestia interna es señal de carácter, bravura, agresividad, porque es sinónimo de que le corre sangre por las venas.
Fracasar en nuestro medio no supone esperanza: no imaginamos planes concretos, metas realizables. Ya lo he dicho, voy a repetirlo: vivimos tiempos sin futuro. Lo cual no quiere decir que no lo tengamos, porque todos lo tienen; significa que no conseguimos pensar en alguno realizable, que valga la pena luchar por él.
Estamos en uno de esos períodos en que el proyecto anterior se quebró, fracasó, y todavía no aparece el siguiente. Esos momentos existen, han existido a lo largo de nuestro futbol.
Nuestras selecciones menores son actualmente un desastre; o alguna persona está convencida que fracasar, fracasar y fracasar es necesario para aprender, y que es la única forma de salir del hueco en que estamos?
Cómo escogen los entrenadores a los jugadores de una selección nacional menor? Si el chico es hijo de un exjugador tiene un campo asegurado, su ADN le garantiza la escogencia. El resto son seleccionados porque los vieron jugar en algunos partidos de su categoría y mejor si tuvo minutos en el primer equipo, que es otro plus, y además por recomendación de algún conocido o que la prensa, que ni lo conoce, menciona que juega en el extranjero y su tatarabuelo, abuelo o padres son ticos.
Si el jugador metió un gol, realizó un sombrerito, un amague, se barre en una jugada apretada, tiene fortaleza física y estatura, son aspectos suficientes para ser seleccionado nacional o ser parte de un equipo. El talento no es un factor considerable que por lo general lo tienen los más pequeños, y eso limita su participación ya que no reune las condiciones, dicen los entrenadores, que exige el futbol actual y moderno.
Posiblemente en esa escogencia el entrenador y su cuerpo técnico los vieron muy poco, sin comprobar a través del tiempo la inteligencia emocional, cómo vence la frustración, sus actitutes, no aptitutes que son fáciles de medir; respeto al rival, a los entrenadores y árbitros, integración con los compáñeros de equipo.
Esa escogencia en la Selección Sub-20, y posiblemente en el resto de las selecciones menores, llevó al país a participar en los últimos diez años solo en un Campeonato Mundial Sub-20: el de Corea 2017.

Tengo un postulado como entrenador, quizás muy atrevido: Cuando ves un jugador en un partido, o dos o tres, le miras 50 virtudes, pero cuando entrenas ese jugador le descubres 100 defectos. Habrán percibido los entrenadores de las selecciones menores los defectos futbolísticos y emocionales de los chicos escogidos que fracasaron en las últimas eliminatorias mundialistas?
Tienen nuestros niños, los jóvenes futbolistas de nuestro país un modelo, un ídolo a quien imitar como jugadores de futbol? La mayoría habla de Ronaldo o Messi, y hasta celebran , como Cristiano sus goles. Pero, qué de alguna figura nuestra?
Después de fracasar una y otra vez y hasta estimular por los dirigentes los berrinches de algunos jóvenes jugadores, como el caso de la nominación al mejor novato del torneo anterior por la UNAFUT, es tiempo de cambiar la percepción y mentalidad de los formadores, de los seleccionadores nacionales, de los dirigentes. Al menos, como no se vislumbra una planificación inmediata, un plan serio a mediano y largo plazo, puede ser ese cambio en los técnicos nacionales, un buen inicio hacia el éxito.
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