William Hayden, economista
Terminé mi artículo de la semana anterior con lo siguiente: “Mi aplauso para doña Laura. Que valentía, que temple, qué señorío, que ejemplo más digno, que ojalá sea seguido por los añejas estructuras del PLN, y se vayan con sus atrofias y mañas políticas manipuladoras y dejen el campo despejado para los nuevos líderes que lo rescaten y lo proyecten renovado hacia el futuro, porque las almas muertas también pueden revivir.
Un partido como el PLN al que tanto le debe el país no debe morir”. Fui criticado por muchos de mis lectores por darle pelota a quien según ellos Laura fue una mala presidenta y dejó mucho que desear en su administración sobre todo en el plano de la ética y lo moral y con el tufo pestilente que la persigue de la Trocha.
Pero su salida del PLN causó un verdadero terremoto. Un grupo de 800 liberacionistas les enviaron una carta al Comité Ejecutivo Nacional y al Directorio Político aplaudiendo el gesto valiente de la expresidenta y reconocen que el PLN enfrenta la peor crisis de su historia y que es necesario recuperar la confianza de la gente pues si no el partido perecerá. Lo malo es que algunos de los firmantes no son precisamente angelitos celestiales.
En esta carta, interpreto que solicitan, sin querer queriendo, la renuncia inmediata de las autoridades políticas del PLN, enquistadas en el Directorio Político, incluyendo la del Secretario General, Gustavo Viales, famoso porque en los “corredores” de la Alcaldía de su papá se paseaba a su antojo Pancho Villa, un narquito porteño con apodo mexicano. También demandan convocar a una Asamblea Nacional para elegir nuevos miembros en el Comité Ejecutivo Superior Nacional y en el Directorio Político Nacional.
Asimismo, solicitan realizar un Congreso Nacional Extraordinario que defina una visión de política unificada como guía de la acción partidaria en consulta con las bases territoriales sectoriales, algo así como encontrar un nuevo rumbo ideológico porque el que lo sustenta desde el año 1951 ya no sirve para los actuales tiempos y está más perdido que el Chiquito de la Llorona.
Por otra parte, destituir a los miembros del Comité de Ética y definir un nuevo código ético que les permita echar sin miramientos a los corruptos, terminar con las monarquías políticas, la influencia de los padrinos, el nepotismo, las ayuditas de los papis en el nombramiento de su hijitos a diputados, los clanes familiares en las provincias y cantones que se heredan puestos de diputación; los diputados que quieren que sus esposas sean también diputadas, y finalmente la carta al Niño, solicitarle a expresidentes y excandidatos presidenciales deponer cualquier aspiración electoral.
Como decíamos antes: ¡mirála!
Posiblemente, como reacción a esta carta y a la salida de Laura Chinchilla el Comité Ejecutivo del PLN renunció en pleno y lo mismo hizo el Tribunal de la Ética (el de la ética elástica) y convocaron a una Asamblea Nacional para el 24 de setiembre con el fin de elegir a los nuevos miembros de ambas instancias o la reinstalación de los mismos (que cáscara).
Bueno, algo es algo, y ojalá salgan las algas podridas que están infectando y matando al PLN. En conferencia de prensa les pidieron a José María Figueres, Antonio Álvarez y a Johnny Araya y otros (¿Arias?) que se hagan a un lado. No lo intenten, les dicen que sus aspiraciones nunca van a fructificar. Como está demostrado en las urnas. ¡Qué jalen YA!
Un consejo al PLN y a todos los partidos. El combate a la corrupción. El pueblo no la tolera y muchos menos a candidatos presidenciales con pasados oscuros de corruptos sin castigo legal, y es que antes de buscar y copiar principios ideológicos, incluyan como Principio Fundamental lo siguiente: “el partido es el TODO compuesto de individuos que no deben afectar con su comportamiento amoral la supervivencia del TODO y por ello el TODO debe expulsar de inmediato los individuos que lo afecten”.
Pasando a otra cosa, el actual diputado Gilbert Jiménez, que se ganó el puesto llorando en los hombros de Figueres en la Asamblea Nacional del PLN de setiembre del año pasado, en agradecimiento quiere que Figueres sea presidente de la República y para ello propicia una reforma a la Constitución política para bajar del 40% al 20% los votos válidos para ganar las elecciones en la primera ronda.
Fabricio Alvarado, ni tonto que fuera, vio la oportunidad de que con sus aleluyas y ramasekos se le cumpla su aspiración presidencial, le dio el apoyo al nefasto proyecto, que por dicha pareciera que pataleó.
Pero que ocurrencias por Dios. Les importa un bledo la democracia a la que usan como andamio para sus aspiraciones personales y de compadrazgos.
Que falta hace en el PLN una gran criba partidaria para separar los granos buenos de los malos que pudren a los buenos con sus actitudes y ocurrencias.
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