Manuel Roberto Echeverría, ingeniero
El poder del presidente Chaves radica principalmente en el gran apoyo que ha tenido del pueblo desde el día de su toma de posesión. Dicho apoyo puede correr un peligro serio a partir de la publicación del decreto que baja substancialmente el arancel del arroz importado.
Yo presentía antes de la firma del decreto que se desatarían “todas las fuerzas del infierno” para obligar al presidente a dar marcha atrás en tan sabia, necesaria y urgente medida. Las armas que utilizarían los grupos opositores podrían ser de lo más variadas : desde bloqueos con tractores en todo el territorio nacional, hasta medios de comunicación alineados saturándonos los oídos de escenarios apocalípticos como que eventualmente no habrá arroz en el mundo o será carísimo. Creo que no ha habido mucho de eso y sí por desgracia sucediera, con la firmeza y habilidad retórica que ha mostrado nuestro presidente, puede perfectamente sortear con éxito (aunque tome tiempo el asunto) ese tipo de obstáculos y salir victorioso de la lid.
A lo que temo es “a la bomba atómica del ‘porecito'”, que no estoy seguro pueda desactivar a tiempo. ¿Qué es esta bomba a la que me refiero? Resulta que el alma de la gran mayoría de los costarricenses es un campo fertilísimo para la LÁSTIMA. En el presente caso, además del grupo de los grandes productores arroceros existe un grupo de pequeños arroceros en el que los grandes se ESCUDAN diciendo que : “¿cómo vamos a dejar morirse de hambre a los actuales pequeños productores que no podrán competir en las nuevas condiciones”?
Por supuesto que el problema anterior es un problema muy real y serio. No se trata de ser insensible a él y actuar como que no existiera. Chaves ya ha anunciado que tiene un plan para que dicho sector de pequeños productores sea ayudado durante la transición a que siembren o hagan otra cosa, pues es lo más probable que deban de pasar a otra actividad.
Aunque Chaves ya ha detallado un plan concreto para no dejar en el aire a estos pequeños productores, los defensores de los aranceles siguen teniendo allí una verdadera “bomba atómica”, porque toca dos aspectos muy arraigados del ser costarricense : uno es la mencionada teoría del “porecito”, que consiste básicamente en que somos capaces de DESMANTELAR EL RESTO DEL PAÍS con tal de que no quede lastimado un grupo de “porecitos” . No existe, sin embargo, ese problema si Chaves tiene, como lo tiene, un buen plan remedial de transición para ellos. Pero sucede que existe otro aspecto del ser costarricense, que podríamos llamar suavemente como el “espíritu de ahorro exagerado” (desarrollado según Constatino Láscaris desde tiempos de la Colonia, debido a la pobreza extrema que existió en lo que era Costa Rica en ese tiempo). Cuando se den cuenta algunos de lo que costará el plan remedial, muchos de ellos saltarán oponiéndose con vehemencia y decisión.
La habilidad de Chaves estará en mostrarnos la otra cara de la moneda : que los porecitos (tirando ya a tonticos) hemos sido los consumidores que a lo largo de más de veinte años hemos sido prácticamente violados, no hay otra palabra, con precios altísimos sólo para mantener a una élite de productores grandes escudados en los pequeños. También Chaves tendrá que utilizar sus dotes de convencimiento para que, como país, estemos dispuestos a hacer el gasto para que los pequeños productores logren sortear sin mucho daño a sus economías familiares este difícil período de transición. Ese gasto se nos pagará a nosotros CON CRECES al ya no tener en el futuro que pagar ese elevadísimo arancel que ha pesado sobre nuestras espaldas durante tantos años.
La bomba atómica del “porecito”

Manuel. Yo le doy la credibilidad al presidente y por eso trabaje intensamente en la campaña y por supuesto, vote por él. Los pequeños agricultores no quedarán desamparados y ellos lo saben y confían en eso. El CNP está comprando desde antes del decreto, el arroz que los grandes empresarios no quisieron comprarles. Este gobierno promete y cumple y en este caso, las consecuencias son buenas para todos o las grandes mayorías de la población. Los grandes industriales gozarán de un avance hacia la paz social.