(RTVE y Redacción).- Los termómetros marinos no dejan de aumentar. En las últimas semanas se han registrado hasta cinco grados más en el agua, un fenómeno conocido como “ola de calor marina” que no solo lo notan los bañistas, sino también los ecosistemas.
Algunas de las especies más vulnerables como las posidonias y corales podrían llegar a desaparecer, mientras que otras como las algas y las medusas podrían proliferar en las playas.
“Habrá especies que se adapten mejor o incluso les favorezca este calentamiento de las aguas, pero habrá otras que desaparecerán, no serán capaces de adaptarse”, ha asegurado a TVE el científico del Instituto Oceanográfico español, Manuel Vargas.
La pérdida de los ecosistemas marinos daña la cadena alimentaria
La degradación de los ecosistemas marinos a causa de las temperaturas también podría ocasionar el empobrecimiento del mar, lo que afectaría directamente a nuestro modo de vida y a la alimentación. “La alimentación se vería afectada en la medida en que determinadas especies comerciales sufran un colapso”, ha dicho Vargas.
Los expertos insisten en que este fenómeno es una consecuencia directa del cambio climático y que se deben poner medidas, como la reducción de las emisiones, para evitar que la situación se perpetúe e impulse otros problemas como la pérdida de oxígeno del agua o la adificación.

Sobre los efectos en la superficie, en otoño existiría la posibilidad de que las elevadas temperaturas propicien el desarrollo de una DANA. “Un mar más cálido podría propiciar fenómenos más explosivos, lluvias torrenciales que potencialmente podrían ser más violentas”, ha indicado, el portavoz de la Agencia Estatal de Metereología, Rubén del Campo.
Esto podría aumentar, asimismo, las inundaciones de los espacios costeros con los consecuentes daños económicos y sociales que ya se han experimentado en episodios anteriores y de las que algunas poblaciones aún no se han recuperado.
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