Alexander Bonilla Duran, ambientalista
Como ustedes saben ya yo voy de salida. Vivo el atardecer de mi existencia.
Pero tengo aún conocimientos y experiencia que puede dar algún aporte a la situación ambiental que vive el país. Si la quieren aprovechar muy bien, y si no aquí dejamos planteado a la posteridad nuestras inquietudes.
En estos momentos tengo una gran disyuntiva. Mi mente se preocupa por el futuro de mi país, pero también estoy alarmado por el presente que se vive y que repercutirá en las generaciones actuales y aún más en las futuras próximas. Me explico.
Cierto es que hay un mal manejo ambiental en muchas actividades que están provocando contaminación y destrucción de ecosistemas (como saqueo Crucitas, explotación piñera, etc).
Pero también es cierto que el ecosistema social se está erosionando por falta de empleo y la carencia de oportunidades para la juventud, aún con estudios universitarios. Entonces muchos dicen…debemos generar fuentes de trabajo a costa del ambiente. No importa la contaminación mientras la juventud tenga una oportunidad laboral.
De primera entrada uno pensaría que esa tesis es cierta. Pero no es así…a costa de un desarrollo insostenible no podemos hipotecar el futuro de nuestros hijos y la Patria.
Puede y debe haber desarrollo, pero basado en la sustentabilidad, el sentido común, la eficiencia energética, el equilibrio y la equidad socio ambiental. Esto se puede lograr si hubiera una clara orientación política, si hubiera liderazgo ambiental y si se diera un cambio de actitud en todas las estructuras administrativas, políticas que nos gobiernan. Una actitud a favor de los administrados, orientándolos a aplicar la sustentabilidad en cada actividad que desarrollen.
Pero para lograrlo debemos transformar el pensamiento, la acción, de los diferentes entes que dirigen el desarrollo del país, en todos los niveles. Y también debe variar el pensamiento y acción del sector empresarial privado. Deben dejar de hacer las cosas solo pensando en los beneficios económicos directos, sino pensando en el efecto social y ambiental de sus proyectos, donde todos se vean beneficiado. No importa que hagan dinero, pero generando riqueza y trabajo digno para la gente. Que haya redistribución social y ambiental.
Los proyectos y el desarrollo deben darse respetando lo ambiental y la capacidad de carga de los ecosistemas, basados en el conocimiento técnico y científico y los últimos adelantos tecnológicos. Pero no debemos seguir oponiéndonos a todo simplemente por oportunismos políticos o para buscar liderazgos ambientales que les reditúen viajes y donaciones para continuar en su actividad de “ambientalista”.
Ya basta del engaño y la mentira ambiental solo para detener un proyecto, a una empresa o combatir un gobierno.
A la gente, a las comunidades hay que educarlas y capacitarlas para que tomen las mejores decisiones en los proyectos que puedan llevarse a cabo en sus áreas de influencia. Pero con la verdad, y con datos científicos y reales, demostrables y verificables.
Tenemos expertos en todos los campos capaces(ingenieros, abogados, geógrafos, biólogos,etc) y con conocimiento, los cuales deben actuar con responsabilidad para con las generaciones actuales y futuras. Es hora de cambiar el paradigma, en este caso ambiental, para orientar el futuro que necesita nuestro país.
Está demostrado que lo podemos lograr. Hay ejemplos locales e internacionales, donde está la marca de costarricenses. Pero debemos variar actitudes e instituciones y actualizarlas a la realidad presente y futura.
Yo sufro al ver un país destruido por acciones inconscientes de empresarios que sobreponen lo económico a lo ambiental en forma irracional.
Sufro al ver como se burlan leyes y se soborna para conseguir desarrollos de proyectos depredadores sociales y ambientales. Esto debe combatirse hasta las últimas consecuencias; demostrarlo técnicamente, jurídicamente y desterrarlos y castigarlos.
Pero también se me parte al alma y lloro al ver tanta juventud preparada sin oportunidades de trabajo digno y mas aún mirar cómo se desprecia el conocimiento y experiencia de muchos adultos mayores.
Simplemente no hay fuentes de empleo. Y esto es una bomba de tiempo, que puede llegar a impactar no solo lo social sino también las condiciones ambientales de un país como el nuestro.
Aquí es cuando digo y repito. Lo ambiental no debe convertirse en un obstáculo para el desarrollo per se. Juntos y con la ciencia y tecnológica podemos lograr un desarrollo sustentable digno para las actuales y futura generaciones.
Hay empresarios buenos y responsables. Hay funcionarios buenos y responsables. Ellos merecen la oportunidad, también, de demostrar que sí se pueden hacer las cosas bien.
El cambio climático, la necesidad de la transferencia tecnológica energética nos alcanza. Nos estamos quedando atrás.
Es hora de que el gobierno, las empresas, la sociedad civil, el pueblo, unamos esfuerzos para enfrentar los retos del futuro. Esto no lo vamos a lograr oponiéndonos a todo y sin dar opciones y alternativas al desarrollo.
Ha llegado la hora de variar el rumbo. Y que entiendan que el vacilón, el despilfarro, se acabó.
O cambiamos o nos hundimos.
Hoy los tiempos son otros; el conocimiento de la ciencia y tecnología es más avanzado, tenemos más instrumentos jurídicos, administrativos, la gente estámás informada, etc. Y yo también he aprendido más, diría que hoy soy más sabio que ayer, y que las canas y la experiencia me hacen pensar en un país y mundo mejor para las actuales y futuras generaciones.
Lo que les digo es porque lo miro y lo siento en mi corazón, sin ningún interés económico o político.
Esto lo quería compartir con ustedes, mis amigos.
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