Nivaria Perera
Siete siete, no es domingo 7, tampoco mi edad, si lo fuera lo afirmaría mas no es así. Ni siquiera mis padres me habían encargado, no podían hacía pocos meses había nacido mi querido hermano Bob.
Yo andaba por lo jardines del Altísimo divirtiéndome, pensando y mirando y espiando por un huequito del Infinito los movimientos que se sucedía en este tercer planeta de nuestro sistema solar. Y, no tengo esos recuerdos. ¿Mejor o peor? No lo sé. Solo sé que los recuperaré en mi viaje final.
77 buen número para unos pedacitos de lotería o chances y convertirlos en una riqueza para disfrutar en grande, trataremos de tocarle el pie a la diosa fortuna.
77 años del mayor asesinato en masa de campesinos e inocentes en el conflicto de los grandes, luego claro de los oprobiosos sucedidos a manos del esquizofrénico Adolfo Hitler. 77 años del lanzamiento de la bomba en Hiroshima y Nagasaki sobre la población civil de ambas ciudades. “Little Boy”, esa mañana de agosto, nomás despuntando el día desde el bombardero Enola Gay y “Fat Man” desde Bockscar.
El proyecto Manhattan, el mayor secreto del siglo que agrupó a una gran cantidad de eminencias científicas como Robert Oppenheimer, Niels Böhr y Enrico Fermi, es la muestra de la parte nefasta de la ciencia en manos de los poderosos e inescrupulosos. La ciencia y la tecnología tienen dos caras, no es autónoma, es liderada, financiada y manejada por los poderosos y a veces inescrupulosos.
En aquel momento el pacifista Bertrand Russell abogó, imploró con palabras más, palabras menos a los gobernantes de las potencias “por favor, que empiece otra: la guerra contra la pobreza, la miseria… Me avergüenzo de la coalición, de los supuestamente países desarrollados, que son capaces de apretarse el cinturón para arrojar miles de toneladas de bombas. ¡Basta ya!
Y hoy nosotros clamamos por la vida.
El derecho a los seres que poblamos la tierra vivir en buenas condiciones o al menos en las mejores que se puedan dar si las naciones poderosas dejan esas vergonzosas coaliciones, entendimientos sustentados en la opresión de otros.
No hay que ir muy largo para buscar justicia. A mí me criaron “no salgas de casa a buscar soluciones, la caridad y amor empieza por casa”.
¿Qué esperan en nuestro país el gobierno y sus flamantes ministros, anunciados como los “apóstoles” de una nueva era gubernamental que venía a gobernar en favor de la población?
Sí qué esperan, esos mesiánicos hombres y mujeres surgidos del mundo empresarial para accionar su experiencia, para dar solución al menos en algo tan sensible que afecta a la mayoría como el alto costo de la vida que cada día que pesa más y más sobre las familias, incluyendo a esas poblaciones a las que les sacaron el voto para llegar a Zapote, ¿Casa Presidencial o ¿Palacio Presidencial?, como se lee en una nota informática del martes publicada por la casa de gobierno en las redes sociales.
Hay guerras de guerras y no estamos de acuerdo con ninguna.
Acuerpamos las acciones.
SÍ, en favor del ser humano, en este caso al costarricense, para darles condición de buen vivir. No se puede permitir que el hambre campeé por zonas rurales y urbanas del país, y menos que muchos nacionales duerman en las aceras y quicios de negocios.
Tampoco es de recibo que en muchos hogares no se pueda servir en las mesas carne al menos dos veces a la semana, como han denunciado madres de familia.
Ah, pero ante este estado de empobrecimiento evidente ante el gran aumento en los precios de bienes de consumo básico o canasta básica y la pérdida del valor de los salarios y pensiones no es de justicia racional el aumento del casi el doble que decretó el presidente Chaves Robles para todos sus ministros de Gobierno, cuando en 100 días no han logrado una sola acción para que haya carne en la mesa de la familia costarricense asalariada.
No es salir con un Domingo 7 en el 77 aniversario de una masacre nuclear.
La vida de los seres humanos por una hecatombe como la del año 45 del siglo pasado nunca debió violarse.
Tampoco hoy en nuestro país debemos permitir que siga campeando la hilaridad del grupo gobernante que no toma acciones contundentes para resolver los problemas inmediatos de miles de familias con hambre y otras a punto de caer en ella en tanto ellos gozan de salarios casi duplicados nada más por ser parte de la élite de Zapote.
Agregar comentario