Visión CR

Manuel Roberto Echeverría


“It’s nine o’clock on a Saturday
Regular crowd shuffles in
There’s an old man sittin’ next to me
Makin’ love to his tonic and gin”.

Traducción al español: “Son las nueve de la mañana de un sábado

Multitud regular a mi alrededor

Hay un anciano sentado a mi lado

Haciendo el amor con su tónica y ginebra”.


Uno lee esos versos y, aún sin la música, le parece que la canción a la que pertenecen estaba destinada a ser un éxito.

Lo fue, pero le tomó su tiempo. Y aunque ahora nos resulte increíble que no fuera muy apreciada en el primer momento, curiosamente así fue. Cuando se lanzó en 1973, el disco de 45 cayó rápidamente del top 10 del Billboard de EUA al lugar 25, y de allí nunca salió.

Durante los siguientes tres o cuatro años, a veces aparecía, pero muy raramente, en la programación de las emisoras de radio estadounidenses. No fue sino hasta que se consolidó el éxito del propio Billy Joel en 1977 que, con el lanzamiento del álbum “The Stranger”, la canción alcanzó la verdadera popularidad que merece.



Aparte de los versos iniciales, tiene otras cosas bellísimas, como su algo extensa introducción musical que llama de inmediato la atención de quien la oye. La música a lo largo de la canción es algo repetitiva pero es innegable su gran calidad.

La letra tiene versos muy poéticos y creativos para describir los eventos del bar o definir en un par de trazos a los empleados o parroquianos “perdedores” que están en él : ” _sometimes you play me a memory_” (en lugar del obvio ” _melody_”) ; ” _Bill, I believe this is killing me_” (refiriéndose al trabajo de cantinero) ; ” _Paul is a really state novelist_” ; ” _David, who’s still in the Navy, and probably will be for life_ “.

Ahora bien, lo que todos siempre imaginamos de que la canción es autobiográfica y que Joel fue ese pianista trabado en su carrera, cansado de tocar semana a semana en un bar perdido lleno de gente tan frustrada como él mismo, eso sí tiene mucho más de cierto.



La canción está basada en la experiencia de Billy Joel como pianista en un bar en Los Ángeles de 1972 a 1973. Billy buscó ese puesto en su esfuerzo de escapar del contrato con la casa disquera de Nueva York llamada “Family Productions” con la que le había ido pésimo en su primer álbum “Cold Spring Harbor”. Ya con la nueva casa disquera, “Piano Man” fue el primer título que sacó, y que tuvo al inicio el éxito muy moderado que describimos antes.

Queda por tanto solo el misterio de cómo una canción que uno siente tan obviamente buena desde la primera vez, duró tanto en arraigar en el gusto popular.

Tal vez para una cultura tan obsesionada por el éxito como la estadounidense, no tenía mucho atractivo algo que hablara de un grupo de “losers” en un bar, buscando olvidar con la bebida su condición. Solo cuando el autor llegó a ser ya famoso y exitoso, fue que le prestaron verdadera atención a esta maravilla de canción. (Es interesante que en Canadá, tal vez menos obsesionada con eso del éxito, la canción llegó de inmediato al número 10 del Top Ten y allí se quedó un buen rato) .

Lo anterior para una pieza catalogada por la Revista Rolling Stone en el 2004 como la número 421 de las 500 Mejores Canciones de Todos los Tiempos y seleccionada en el 2015 como uno de los 25 registros sonoros para ser preservado por el Registro de Grabaciones del Congreso de los Estados Unidos por ser “cultural, histórica y estéticamente significativo”.

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