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Erwin Wino Knohr, periodista y entrenador deportivo
La frase de Clint Eastwood, director y actor de 92 años, “que no dejaba entrar al Viejo”, es muy conocida, y se la dijo a Toby Keith (cantante de música country), mientras jugaban golf y antes, en 2017, que Eastwood iniciara el rodaje de la película La Mula (The Mule).
Keylor Navas, Bryan Ruiz, Celso Borges, Oscar Duarte, Randall Azofeifa, Esteban Alvarado, Michael Barrantes, Cristian Bolaños, Giancarlo González, Mariano Torres, José Miguel Cubero, Cristian Gamboa, Joel Campbell y muchos otros, son jugadores que tienen más de 30 años, la edad que se considera el umbral natural para pensar en el retiro.
El límite preciso siempre ha sido subjetivo, pero el consenso en el fútbol es que a los 30 años los jugadores cruzan el límite que distingue el presente del pasado y tan pronto como lo hacen, pueden considerarse oficialmente como viejos.
Cuando eso sucedía algunos entrenadores le otorgaban a los jugadores un día adicional de descanso después de un partido, con la esperanza que recuperaran sus maltrechos cuerpos. Otros como Arsène Wenger, entrenador francés, mientras entrenaba al Arsenal en Inglaterra tenía una fórmula: cuando los mediocampistas y delanteros cumplían 32 años les extendía el contrato solo un año más, mientras los defensas centrales hasta cumplir los 34.
Esta regla, no escrita, ha llevado a la gran mayoría de clubes en Europa a un principio financiero simple: comprar jóvenes baratos, recuperar la inversión durante varios años jugando en el equipo y cuando sean viejos venderlos recuperando la inversión y hasta ganar unos millones.
Por ejemplo el Bayern de Múnich logró vender a Robert Lewandowski al Barcelona, de casi 34 años. El Liverpool sustituyó con tiempo a Sadio Mané, de 30 años, por Luis Díaz, de 25, y sumó a Darwin Núñez, de 23, para suceder a Roberto Firmino, que cumple 31 en Octubre.
El razonamiento es sencillo. “Las demandas del juego están cambiando”, dijo Robin Thorpe, un científico de rendimiento que pasó una década en el Manchester United y ahora trabaja con la red de equipos Red Bull. “Hay mucho más énfasis en los sprints, la aceleración y la desaceleración de alta intensidad. Se considera que los jugadores más jóvenes están mejor equipados para manejar esa carga que los viejos”.
Pero la ciencia cambió la definición de Robin Thorpe sobre el jugador viejo en el fútbol. Según datos de la consultora Twenty First Group, los jugadores mayores de 32 años juegan más minutos que los jóvenes. Según este estudio la temporada pasada los jugadores mayores de 34 años, (prácticamente ancianos, según el pensamiento tradicional del fútbol) jugaron más minutos en las cinco grandes ligas de Europa que en cualquier temporada anterior de la que haya datos disponibles.
Dani Alves, con 39 años y recién contratado en México por Pumas dijo, en una reciente entrevista, que cuando hay un partido muy importante los jóvenes de 20 años se ponen nerviosos y preocupados. “Yo no tengo ese problema, aseguró el defensor.»
Los datos de Twenty First Group confirman que los jugadores de 20 años presionan más que los de 30 (14,5 acciones de presión cada 90 minutos, en lugar de 12,8 de los viejos), mas esa reducción en el presing los viejos la compensan de otras maneras. Por ejemplo: los jugadores viejos ganan más duelos aéreos, completan más regates, pasan con mayor precisión —si son volantes centrales— y marcan más goles. Más del doble de jugadores mayores de 30 años figuran ahora en el modelo de los 150 mejores jugadores del mundo de Twenty First Group que los que aparecían en la misma lista hace una década.
Los datos sugieren que 30 no es tan viejo como solía ser. Desde una visión de la ciencia del deporte, eso no es sorprendente. Según este estudio esa longevidad solo se puede aumentar desde muy joven mediante mejoras en la nutrición, metodología del entrenamiento, cuido personal y recuperación del jugador.
Nuestro país tiene en su población, según la Tercera Encuesta Nacional de Juventudes del 2018, entre 15 y 35 años, 1.8 millones de personas hombres y mujeres , (un 36% de la población). Entre ese número están contemplados los mayores a 30 años que siguen dándole a los equipos y la Selección Nacional estabilidad en la cancha, aunque los aficionados los quieren ver fuera y claman porque sean los jóvenes los que tomen de una vez la estafeta.
Es curioso que estos jugadores llamados viejos de nuestro futbol, casi en su totalidad fueron legionarios en Europa, donde el jugador es sometido a metodologías de entrenamiento modernas, disciplina técnica y táctica, y una visión muy diferente a lo que entendemos como jugador valioso en nuestro país.
Estos viejos regresan a Costa Rica donde se juega un futbol de poca intensidad y dinamismo, pero en el tanque aún les queda combustible para seguir siendo los que ganan partidos importantes, campeonatos y son la estructura sobre la cual la Selección Nacional logró su clasificación al Mundial de Catar.
Las preguntas quizás sin respuestas muy convincentes: Estamos galopando hacia la formación de jóvenes para que puedan sustituir a los actuales viejos, como Navas, Ruiz, Borges, Duarte, Oviedo o Campbell? Creemos que los nuevos jugadores están listos para asumir el rol de soporte futbolístico del país en uno, dos o tres años? Estamos formando niños que en 12 años emulen a los que están ahora en la puerta de salida?
El futbol ya no es plano, ahora es redondo, como la pelota que rueda hacia donde se patee. Aunque cada día los balones son más aerodinámicos, livianos y fabricados con metodología de punta, ¿estaremos jugando en nuestro país con ese tipo de balones o seguimos con las versiones de hace cinco o diez años?
ffgonzal
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