Visión CR

Programa de pago por Servicios Ambientales se fortalece

Alexander Bonilla Durán, ambientalista

En la década de los 60 y 70s del siglo pasado la deforestación en Costa Rica era del orden de las 60.000 hectáreas por año, perdíamos suelos, biodiversidad y paisaje. Todo   se asociaba a la ganadería extensiva, que estaba dejando pelón al territorio nacional.

Los que nos preocupábamos por los bosques decíamos que a finales del siglo habríamos perdido la mayoría de la cobertura forestal; y no vislumbrábamos forma de parar la masacre forestal que vivíamos, caían los bosques para hacer hamburguesas.

Pero al paso de los años ocurrió el milagro. A un grupo de personas del sector forestal, a grupos de ambientalistas, con el apoyo de políticos y diputados, se les ocurrió apostar por un proyecto que luego se denominó PAGO POR SERVICIOS AMBIENTALES. Los recursos se tomarían un impuesto que se le metería a los combustibles, dedicado para la conservación de bosques. De esta manera todos los costarricenses que consumían combustibles, se convertía en parte de la solución de los problemas de la deforestación.

En realidad, los que estábamos en el campo ambiental, no vislumbramos los alcances y el éxito que llegaría a tener esta Programa, que iba a estar administrado por una entidad llamada FONAFIFO (Fondo nacional de Financiamiento Forestal). Por su medio, los finqueros que tuvieran bosques iban a ser compensados económicamente para que no los talaran para hacer potreros y dedicarlos a agricultura.

Y se dio el milagro. Poco a poco miles de finqueros se fueron matriculando en el Programa y los bosques primarios y secundarios fueron manteniéndose y recuperándose. Y de ser deficitarios en bosques pasamos a recuperar la cobertura forestal. Hoy más de un 50% del territorio nacional se mantiene bajo cobertura Forestal.

El Programa de pago por Servicios Ambientales (PSA) se convirtió en el trapito de dominguear ambiental de Costa Rica, no solo a nivel nacional, sino, que a nivel internacional del país.

Sin embargo, algo hacía falta, para consolidar aún más dicho programa. Se necesitaban mayores recursos internacionales para cubrir también los bosques de pequeños finqueros que no tenían escrituradas sus fincas. Y de nuevo con el esfuerzo de grupos de organizaciones forestales y apoyo del gobierno (de anteriores y este) se logró un respaldo del Banco Mundial para ingresar al PSA a los pequeños finqueros. Esto es un gran avance para Costa Rica, que esperamos se llegue a consolidar prontamente.

Por eso, al darme cuenta que el Gobierno y el MINAE anunciaron estos nuevos recursos me sentí muy emocionado y orgulloso, pues yo también por muchos años he sido parte de la protección de bosques vía pago de servicios ambientales. Mi montaña Sagrada, esa montaña que no olvido, la Mónica, ha estado protegida por mucho tiempo, cosa que agradecen los bosques, los animales, y las aguas que nacen en sus entrañas. Agradezco a FONAFIFO y CODEFORSA (Organización Forestal de la zona norte) la oportunidad que nos ha dado de ser parte de la conservación de bosques de mi país.

Aún hay retos para que este Programa se llegue a consolidar hacia el futuro. Ante los problemas con los combustibles y el viraje de los vehículos hacia lo eléctrico y otras formas de alternativas, para enfrentar el cambio climático del futuro, hace falta buscar opciones de financiamiento que sustituyan a los combustibles. Esto es algo que se debe ir pensando al darse la transferencia energética hacia los años 2035-2050. Otro reto es que este y nuevos gobiernos no deber ver en los recursos (locales o internacionales) del Pago de Servicios Ambientales una caja chica del Gobierno de turno, donde el ministro de Hacienda retiene los fondos y los dedica a otros menesteres. Estos fondos deben ser inviolables y asignarlos como corresponde a   FONAFIFO para que los finqueros dueños de bosques, con contratos firmados, se sientan seguros de que los bosques de su propiedad se puedan mantener a perpetuidad.

Por lo tanto, felicito al actual gobierno y grupos forestales que han hecho realidad esta nueva donación internacional y la oportunidad de que pequeños finqueros también se incorporen al programa de pago por servicios forestales vía FONAFIFO.

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