Nivaria Perera
Nuevas palabras, nuevos mundos. Eso son los mares y montañas, ciudades y personajes que nos regala la lectura con conciencia en la búsqueda de trascender.
Palabras sueltas al dejar un libro, suben y suben por las paredes del entorno y se nos revelan sus más amplias acepciones conformando un mundo real e irreal.
Y ellas toman sentido en la cabeza, boca y voz de unos y otros.
En estos días hemos asistido a hechos que han sido anunciados con palabras que viene y van por esas redes sociales y medios de comunicación: pensiones de lujo, irrespeto a la libertad, violación de la Constitución Política, defensa de la libertad de expresión, ventas y más ventas de activos del Estado, odio y amor por Costa Rica.
Y las palabras siguen fluyendo en las conversaciones entre amigos, en las parejas y en las familias. Y enconándose en esos seres abyectos.
Qué alegría y satisfacción que fluyan las palabras entre congéneres.
El enriquecimiento de ideas, posiciones y palabras fluye y permea a otros, esas palabras como olas suben bajan y llenan de sabiduría a muchos y surge la nueva palabra, construcción, así como una oración sagrada. Son palabras arrancadas del verdadero entendimiento.
En tanto, pobrecitos los que solo tiene palabras para hablar con sus paredes. El síndrome de escucharse siempre y no gozar con quien enriquecerse a través diálogo se hace tan patente que en el primer escalón tropiezan sueltan su diatriba con el primero que se topan. Seres con ansias de atención no fluyen, nunca han fluido. Son sujetos que se estancan y sus palabras son piedras que chocan y chocan y finalmente les dan en sus propias cabezas. Vanidad de egos.
Las palabras altisonantes suben y bajan por las redes, mensajes personales y chatspero no conducen a un final de acción, sino a convertirse en esas piezas de molino que si las colgamos al cuello… mejor ni te cuento.
Decía mi profesora de costura de la secundaria, hace muchos, muchos años, “la calidad de la prenda es como la vida misma. Es sentarse a la vera del camino, respirar hondo,ver las florecillas del camino y la hierba y pensar que si pasa la carreta y las aplasta, quedan las raíces y mañana volverán a ser” y ruedos visibles, forros mal pegados, van de nuevo.
Raíz y acción. Acción y raíz. Nuevos mundos, nuevas palabras serían la formula para empezar a fluir con esas nuevas palabras alejadas de todo tinte altisonante y avasallador. Alejar del todo la palabra desmoronamiento. Priva el soltar, soltar dar cuerda, respirar hondo que fluyan las palabras raíz y acción. Acción y raíz.
Muy bueno