“Remake” de los cuatro jinetes del Apocalipsis

Manuel Delgado, periodista y escritor

Esta Asamblea Legislativa tiene un triste récord de improductividad. Votaciones sustantivas solo ha habido dos: el de los eurobonos (votada por todos los partidos) y el rechazo, la semana pasada, a postergar la ley de empleo público.

Con esas dos únicas medallas, esta Asamblea y los partidos que la componen (con la excepción parcial del Frente Amplio) demuestran que no ha cambiado en nada su política respecto a la que venían aplicando, para desgracia del país, desde hace muchos años.

La Ley Marco de Empleo Público es la última estocada de un plan compuesto por un conjunto de proyectos e iniciativas dirigidas a romper los diques que impedían la destrucción del Estado de Bienestar Social. En otras palabras, es la última estocada a la Costa Rica que conocemos y el comienzo de la etapa final de implementación de la sociedad que no conocemos y no queremos: la Costa Rica neoliberal, el país en el que el bienestar social tendrá que comprarse en el mercado, como ocurre tristemente en Chile y en Estados Unidos.

La consecuencia de ese rosario de medidas es la pérdida de riqueza en manos de los trabajadores, sobre todo los del sector público. El ingreso promedio de estos trabajadores se redujo, entre mediados de 2019 y finales del 2022, en un 18,4% (en el del sector privado esa reducción fue del 7,4%).

No se ha hecho una medición, pero es muy posible que sea gigantesca la masa de valor que ha desaparecido de las manos y las mesas de los trabajadores derivados del todo el cúmulo de medidas, que afectan no solo su salario mensual, sino otros ingresos individuales y sociales.

Este plan demencial ha sido impulsado por la gran oligarquía, las cámaras patronales y la gran prensa por medio de la alianza nefasta de los cuatro jinetes del apocalipsis: el PAC, el PLN, el PUSC y los fundamentalistas.

Hace un año la última de estas iniciativas, la Ley de Empleo Público, se aprobó con el apoyo de esos partidos, aunque con algunas disidencias, trece en concreto.

Frente a las grandes protestas que esa ley ha producido y los defectos reiteradamente señalados, un diputado liberacionista pidió que se aplazara por dos años su aplicación, no para desechar esa ley, sino para mejorarla. La moción fue rechazada por la nueva mayoría parlamentaria, que incluye la mayoría de la bancada verdiblanca.

Dicho en otras palabras, el PLN demuestra que sigue la alianza nefasta de los jinetes antes mencionados, solo que ahora el PAC ha sido sustituido por lo que se hacen llamar los “liberales progresistas” a los que lo de lo de liberales se les ve encima de la ropa, pero los progresistas no se le ve por ningún lado.

A todo esto a uno le asalta una duda:  ¿qué negoció el Frente Amplio con el PLN cuando lo apoyó en la elección de la defensora de los habitantes, apoyo acrítico, sin un análisis de los derroteros, bastante desconsoladores por cierto, de esa institución y de sus jerarcas recientes? Por cierto, también con el apoyo de los mencionados “liberales progresistas”.

¿No fueron capaces al menos de exigirles votar a favor de esa posposición de la Ley de Empleo Público?

Digo al menos, porque en lo de los eurobonos coincidieron: le dieron un respiro al gobierno, en conjunto con todos los demás partidos, respiro que se traduce en más años de tolerancia a la evasión.

Es una lástima que en este país de sordos nadie pida explicaciones y, sobre todo, nadie se sienta en la obligación de darlas. Calladitos más bonitos, aunque vayamos, calladitos, al despeñadero.