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Costa Rica está rota, fragmentada, afirma Gustavo Román

Eduardo Amador H. Vision.cr.com.-

“Los costarricenses durante mucho tiempo nos hemos percibido como  una sociedad excepcional, con razón. Pero confundimos esa  excepcionalidad, que es real, con inmunidad, Creímos que esa excepcionalidad nos hacía inmunes a la erosión de la democracia y creo que eso facilitó que no estuviéramos alertas a las señales de que esa erosión se estaba dando”. Gustavo Román Jacobo

Costa Rica está rota y no en dos partes, su fragmentación es mayor, como la de una vieja galleta de soda que yace en el fondo de una bolsa de cosas olvidadas.

Quien así se manifiesta es el asesor político del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) y doctor en Comunicación Política, Gustavo Román Jacobo. La afirmación la formuló en un comentario publicado en sección de opinión del diario La Nación el pasado 30 de enero.

Según Román, “en Costa Rica llevamos años haciéndonos los majes sin darnos cuenta de que a los únicos que engañábamos con nuestra proverbial capacidad para disimular era a nosotros mismos”.

Gustavo Román: “En Costa Rica llevamos años engañándonos“.

Sabíamos, porque teníamos datos, pero además porque se respiraba el ambiente, que el país iba por el rumbo equivocado y que, como quien suma a su sedentarismo  y mala dieta, estrés y pocas horas de sueño, estábamos tentando nuestra suerte. Pero preferimos fingir porque no pasaba nada, porque nos creímos el cuento y vivimos del cuento del aquí jamás, en todos  los demás países de la región sí, pero aquí imposible, porque somos ticos, pura vida, excepcionales”

Don Gustavo concedió una entrevista a Visión.cr.com donde  abordó este tema de la siguiente forma:

-Usted escribió un artículo titulado “Nuestra fractura es una vieja factura” donde apunta que Costa Rica está rota y argumenta que durante muchos años nos hicimos los majes y nos decíamos que aquí no pasará lo que sucede y ha sucedido en otros países de la región, porque aquí es imposible, porque somos ticos, pura vida, excepcionales. ¿Qué nos pasó, qué nos sucedió?

-Bueno, creo que tiene que ver con la autopercepción que tenemos de nosotros. Los costarricenses durante mucho tiempo nos hemos percibido como como una sociedad excepcional. Creo que con razón. porque hay muchas características muy particulares del desarrollo de la historia costarricense en comparación con otros países de América Latina, pero confundimos esa  excepcionalidad, que es real, con inmunidad.

Creímos que esa excepcionalidad nos hacía inmunes a la erosión de la democracia y creo que eso facilitó que no estuviéramos alertas a las señales de que esa erosión se estaba dando.

Los costarricenses confundimos excepcionalidad con inmunidad.

¿Cuándo comienzan a darse esas señales?

-Esto es como los icebergs, una cosa es lo que se va formando en el tiempo y otra cosa es lo que se llega a ver, se llega a ver lo que aflora, como un tumor lo  que sale. Entonces es muy difícil saber bajo la superficie qué es, cuánto tiempo lleva algo, pero por mencionar señales que afloran, una clara son las elecciones de 1998.

Costa Rica tuvo una abstención de  más o menos de un 20% desde 1962 hasta 1994. En 1998, que es casualmente después de los gobiernos de los dos hijos de los dos caudillos, la abstención salta de un 10% y pasamos a un paradigma de un 30% – 35% que se mantuvo así hasta a las 2018. En la del 2022 volvimos a tener un incremento significativo, llegamos a un 40%  de abstención, que puede haber sido por la pandemia.

En 1998 la abstención brinca un 10% y pasamos a un paradigma de un 30% – 35%

Se da un deterioro significativo de la identificación de los costarricenses con los partidos políticos. En los años 90, el 95% de los costarricenses simpatizaban con uno de los dos partidospolíticos (Liberación Nacional y Unidad Social Cristiana).

Hoy, al menos dos o  tres de cada 10 costarricenses se identifican con algunos de los numerosos partidos que hay, tenemos muchos partidos pero no despiertan una adhesión fuerte.

– ¿Es bueno para la democracia tantos partidos?

Hablo por Gustavo Román, mi opinión es que no. No hablo por el Tribunal Supremo elecciones. Creo que lo importante no es si son muchos o si son pocos,creo que no es razonable, que un país de 3 millones y medio de lectores tenga 25 candidatos presidenciales, eso no es razonable, no es proporcional, no es homologable con la experiencia de otros países  del mundo democracias sólidas

No es razonable que un país de 3 millones y medio de electores tenga  25 candidatos presidenciales, asegura Gustavo Román.

Pero más importante que la cantidad de partidos,  a mí me parece importante que detrás de esas siglas y de esas banderas haya de verdad una asociación de ciudadanos que estén estudiando los problemas del país,  pensándolos y pensando soluciones y lo cierto es que eso en  Costa Rica no está pasando; detrás de esas siglas y de esas banderas lo que hay muchas veces es nada,  papel, una inscripción que está ahí en el Registro de Partidos Políticos porque se cumplió con unas formalidades,  pero ahí no hay vida detrás,  lo que están es esperando a ver cuál aventurero les alquila la franquicia exactamente.

-En su artículo de opinión usted apunta que teníamos datos que determinaban que íbamos por el camino equivocado. ¿Por qué  los ignoramos?

-En parte por lo primero que le decía, por el tema  de creer que la excepcionalidad era sinónimo de inmunidad, pero también creo que por la conciencia  de que de que es difícil enfrentar esas esas situaciones.

Le pongo  un ejemplo: el tema de las pensiones que a mí me preocupa mucho porque todos los meses me bajan mi cuota de la Caja. No  sé si lo voy a disfrutar  solamente en términos de pensión, sino que no sé si lo voy a disfrutar en términos de seguro de salud, porque cuando veo y escucho  las notas de prensa, por ejemplo, una reciente de Telenoticias donde se manifestó que gente está esperando por estudios diagnóstico, gente con cáncer, que son cuestiones que urgen y que les dan citas para dentro de varios meses, un año, claro que eso me genera una angustia que va más allá de una preocupación porque es una angustia vital.

Gustavo Román dice que le genera angustia personal la situación de las finanzas de la Caja.

No soy experto en este tema, pero de lo que ha hablado con un amigo que sí es experto, me ha dicho que para darle viabilidad habría que hacer básicamente tres cosas: una es elevar la cuota mensual que cotizamos, la segunda es elevar la edad de retiro y la tercera es bajar el porcentaje del salario que va a componer la pensión.

¿Qué presidente va a querer comerse esa bronca? Eso es básicamente desarmar el país, porque estamos hablando de un país en el que a veces el tema del marchamo pone en riesgo la estabilidad.

Imagínese lo que es salir con una noticia de estas. Entonces, cuál ha sido la inclinación de nuestros gobernantes:  patear bola para adelante y de  ahí que los problemas se nos han ido acumulando.

-Entonces, ¿quién o quiénes son los culpables de que hayamos llegado a esta situación: los políticos, los medios de comunicación, los sindicatos, los empresarios, o todos como sociedad?

-Todos. A mí don Helio Gallardo, que escribe en el Semanario Universidad, me criticó un artículo diciendo que eso era una Fuente Ovejuna invertida, porque básicamente si la culpa es de todos, no es de nadie.

Yo no creo que eso sea así, no creo que porque la culpa sea de todos no sea nadie; creo más bien que es una sobre simplificación de la realidad. Además, es buscar a chivos expiatorios, concentrar todo el problema y toda la responsabilidad en un sector, y eso es falso.

Sé que eso es lo más efectivo políticamente, salir a decir eso de los políticos; este país sería la Suiza centroamericana, si no fuera por esta manada de incompetentes y de corruptos. Cabe la pregunta de por qué cada cuatro años elegimos a esos señores.

los periodistas tienen una cuota responsabilidad importante por el discurso antipolítico y el negativismo.

También podría decir los periodistas que  creo que tienen una cuota responsabilidad importante por el discurso antipolítico, por el negativismo, por varias cosas que  con la que creo que no han prestado el servicio público propio del periodismo en una democracia.

Pero no ignoroque muchos de  esos productos light periodísticos, que nos parece que son unas tonterías, que no deberían ser noticias, son las notas que más demanda la gente y esos periodistas responden a unas necesidades también financieras de las empresas para las que trabajan.

Si la gente lo que demandara fuera más investigación, más trabajo periodístico duro, entonces, los periodistas estarían encantados, porque la gran mayoría que  conozco, lo  que quieren hacer periodismo político, duro, riguroso. Estarían encantados en hacer eso, pero no pueden porque tienen una presión que viene no de la oferta, sino de la demanda por esos contenidos. Y así le puedo seguir hablando de sindicatos, de cámaras empresariales de  trabajadores del sector público,de profesionales liberales que eluden  impuestos.

No creo que sea un Fuenteovejuna para decir que nadie es responsable, pero no quiero caer en la sobre simplificación de eximir a un sector de la sociedad y decir que esto es fruto de un grupito pequeño y que basta con cambiar a ese grupito pequeño.

Eso no es verdad, hay un cuento que dice que llegaron donde un ingeniero de ferrocarriles, y el diagnostico era que el 85% de los choques de los ferrocarriles eran  por el vagón de atrás.  La solución que dio fue quitemos ese vagón.  Esa tontería es, para mí, exactamente la misma que la gente que dice que el problema son los políticos hay que elegirlos a estos otros.

-¿Esos otros se van a convertir en políticos?

-Claro. Y es que además los políticos no son marcianos, son costarricenses, esa locura de querer ver una polaridad, totalmente contrapuesta, por un lado está el pueblo y por otro los políticos, esto no es real, menos en un país como este, donde hay una serie de disposicionesque están pensadas para evitar la profesionalización de la política y entonces, cada cuatro años tenemos un gran porcentaje de amateurismo en la Asamblea Legislativa y en Zapote. Aquí no se ven casos como el de los senadores en Estados Unidos o diputados en ·España que tienen 30 años sentados en la misma curul.

Para el doctor en Comunicación Política, cada cuatro años tenemos un gran porcentaje de amateurismo en la Asamblea Legislativa  y en Zapote.

– ¿Hace falta la carrera parlamentaria?

Sin duda. La política es una profesión y tiene que profesionalizarse y nosotros hemos hecho cosas como por ejemplo prohibir la reelección consecutiva a los diputados que yo no conozco en otras partes del mundo. Hemos hecho cosas para impedir la profesionalización de la política.

Y el Tribunal Supremo de Elecciones ¿no debería tomar esa iniciativa por medio de una propuesta a la Asamblea Legislativa?

-Qué difícil pregunta. Lo que le puedo decir aquí, si no le voy a dar una opinión personal, sino que le voy a decir lo que lo que percibo que se mueve como como opinión mayoritaria en la institución, es que esa reforma es de naturaleza política y que tiene que venir de los políticos y de la sociedad civil o de la academia,pero que nosotros en nuestro rol técnico, ese es un tema en el que es mejorno involucrarnos

-La  criminalidad ha aumentado como lo ha hecho también la pobreza y la desigualdad, pocos tienen mucho y la mayoría casi no tiene nada, entonces, ¿ante la realidad de esta  tesitura, el país puede salir adelante?, no?

-No.  En este digamos en esas condiciones, no jamás.

– ¿Tiene entonces el  paísla posibilidad e de retomar el paso y conducirse hacia una sociedad más justa y equitativa  significativa como supuestamente era la que llevábamos hasta los 80 y los 90?

-Yo creo que podemos hacerlo. Una de las cosas que quería expresar en el artículo publicado en La Nación, era que la democracialiberal es el mejor sistema político, pero que presupone ciudadanos es decir, es un pre requisito, la ecuación no funciona sin ciudadanos y nosotros en este momentono tenemos en  las grandes mayorías de nuestra sociedad no tenemos ciudadanía, lo que tenemos son personas con cédula identidad en un padrón electoral con derechos protegidos ante los tribunales.Pero no son ciudadanos.

Qué entiendo  por ciudadanos; personas que están. mínimamente o básicamente informadas sobre los asuntos públicos y que tienen una posición y una posibilidad real, no digo que efectivamente lo estén haciendo todo el tiempo porque no creo que eso pase ni en Noruega ni en Finlandia, pero tienen una posibilidad real, una gran mayoría de la población de estar informada sobre los asuntos públicos, tener  una opinión formada e incidir de alguna manera, mucha o poca, pero incidir de alguna manera, en el rumbo del país.

Cuando usted tiene un sector de la población, cada vez más grande, al que se le va todo el día y todas sus energías en conseguir el sustento diario y que no tiene tiempo, no digo ya para influir y participar en los asuntos públicos. No, ni siquiera para enterarse y no solamente no tienen tiempo, sino que además, no tienen a veces ni la nutrición,  ni la educación para hacerlo, entonces,  claro darles una cédula  e inscribirlos en un padrón electoral para que voten eso está muy bien y eso hay que hacerlo, pero se vuelve un poco ficticio,  se vuelve un poco ficcional cuando no está acompañado de la realidad de la vida de esas personas.

Hay sectores a los que se les va el tiempo en conseguir qué comer y les es imposible participar activamente en los asuntos políticos, sostiene Gustavo Román.

-Muchos hablan del analfabetismo político del costarricense.¿Es cierta esta apreciación?

-Totalmente. Creo  que la democracia es incompatible con los niveles de desigualdad económica que tiene una sociedad como la costarricense. No es necesario para que haya democracia, igualdad económica, porque igualdad           económica no hay en ningún país en que todo el mundo tenga lo mismo, pero si se requiere igualdad política y cuando la desigualdad económica es tan abismal se rompe la igualdad política, porque mentira que fulanito de los palotes va a tener la misma posibilidad de influir sobre los asuntos públicos que una persona que está en los márgenes de la vida económica del país

-Usted habla de fragmentación. ¿Es un fenómeno nacional o es un fenómeno que los viene de afuera también ese que estamos viviendo?

-El deterioro de la democracia es en todo el mundo, en este momento no hay un país del mundo en el que la democracia no esté amenazada, goce de buena salud y está en su mejor momento. Eso, en todo el mundo está pasando y hay varios factores que inciden para que eso para que eso sea así.

Ahora,  en todos los países ocurre diferente, por ejemplo el caso de los Estados Unidos  es una sociedad con un enorme nivel de polarización entre demócratas y republicanos,  entre un más sector más progresista y un sector más conservador,  un sector más religioso por un lado,  un sector menos religioso o más liberal por el otro lado. Es  una sociedad muy muy partida en dos, eso pasa en España también.

No percibo que en Costa Rica tengamos ese fenómeno, de una sociedad, partida en dos. Más bien, más que polarizados estamos fragmentados, es decir, un montón de pequeños grupitos aislados, ninguno con la suficiente fuerza como para imponerse a todos los demás, pero sí, con la suficiente fuerza para bloquear a los demás,

Por eso yo creo que esa metáfora del país como frenado, que está acelerado, pero con el freno de marcha puesto, quemando clutch es  una buena metáfora para retratar un país como como Costa Rica.

-Usted asegura que el país está roto, el Estado de la Nación, que está entrampado. ¿Hay alguna diferencia con estos conceptos?

-No, estoy completamente de acuerdo. Yo creo que son metáforas. Yo digo roto; en Argentina hablan de la grieta en la España de los años 30, Ortega y Gasset hablaba de España invertebrada, es decir, son distintas metáforas con las que uno trata de expresar algo que percibe y que y que puede ayudar a visualizar, un poquito más, lo que lo que lo que pueda estar pasando en la vida de una sociedad.

Digo roto, porque siento que no tenemos en este momento, ni espacios ni elementos de cohesión suficientes, no digo espacios y  elementos de cuestión suficientes para decidir un rumbo. No. Ni siquiera para entendernos de cuáles son los diferentes rumbos que los distintos grupos quieren.

Es  que antes de decidir un rumbo, sería necesario que nos pusiéramos de acuerdo y antes de ponernos de acuerdo, tendríamos que por lo menos entender las posiciones de los otros. Eso es lo que yo veo que no tenemos en este momento: diálogo, comunicación entre los distintos sectores de la  sociedad.

– ¿Eso se hizo en algún momento en esta sociedad?

-Sí, de manera me parece a mí poco democrática yexcluyente. Por ejemplo cuandoel país da el paso tan importante hacia las reformas sociales en los años 40 hay tres grandes líderes:  de la iglesia católica,  del gobierno y en buena medida de la oligarquía nacional y del partido Comunista que pueden, desde sus distintas ópticas,  sumar intereses y trazar un rumbo. Ese es un momento.

Luego se da otro momento el impulsado sobre todo por el Partido Liberación Nacional durante la segunda mitad del siglo 20. Antes incluso de la década de los 40, con toda la famosa Generación del Olimpo aupada en buena medida por la oligarquía cafetalera también.

Eran  momentos en los que había unos liderazgos muy fuertes, muy poquitos la gran mayoría de la población estaba excluida y esos pocos liderazgos eran muy fuertes sobre sectores muy amplios y entonces podían de alguna manera ponerse de acuerdo. Yo creo que todas las sociedades necesitan liderazgos.

No es posible, en sociedades tan complejas y tan masivas como son las sociedades  modernas, que podamos simplemente todos, el ingeniero el médico, la veterinaria, la agricultora, el estilista, que  podamos todos abandonar nuestras faenas y dedicarnos a los asuntos públicos. Eso no se puede, por eso es que son sociedad, por eso es que son democracias representativas.

Pero se requiere que haya un vínculo muy fuerte entre representantes y representados. Es evidente que hoy la gente no se siente representada por los representantes que elige. Es una cosa muy extraña, porque nadie los impone es decir, ahí no hay en esos 57 diputados uno solo que haya llegado ahí impuesto por nadie. Nosotros no tenemos una casa real, una monarquía que se herede por sangre, no vino una potencia extranjera como puede pasar a los a los puertorriqueños que les defina algunas cosas, nada de eso pasa; tampoco tenemos una represión política de la oposición como en Nicaragua, con opositores políticos en la cárcel. Es  decir elegimos  muy libremente y los 57 que están ahí, los tres que están en Zapote los escogimos nosotros, no  los escogió nadie más. Entonces es muy curioso, que no nos sintamos representados,

Cuando  digo que tenemos un problema de representación, no me refiero solamente a que no nos sintamos representados por nuestros representantes, me refiero a eso, pero me refiero a algo incluso más grave y más profundo y es la incapacidad de una sociedad para verse a sí misma.

– ¿Por qué  usted afirma que hemos descuidado el sustrato más elemental de democracia que es el de la conversaciónpública.Además, han fallado también los medios de comunicación?

-Sí. La democracia es el sistema político en el que la reina y señora es la opinión pública. Lo digo no, solamente porque la gente vota por lo que quiere decir de las personas cuando van a votar, no tienen que justificar y fundamentar voto por fulanito la gente vota por lo que quiere.

La democracia es el sistema político en el que la reina y señora es la opinión pública.

Entonces, finalmente es lo que determina la opinión mayoritaria de  la gente lo que hace que un candidato gane u otro no, pero va más allá de eso. Tanto los diputados como los presidentes e incluso los magistrados están atentos a los climax de opinión en una sociedad y desde luego que hay mayores incentivos para tomar una decisión conforme a lo que uno anticipa que la mayoría va a ver con buenos ojos, que tomar una decisión contraria.

Estoy  seguro que incluso, cuando ustedes pensaban en la portada del periódico del día siguiente, pensaban, desde luego, en que era lo más importante que había pasado en el día, pero estoy seguro que dentro de las consideraciones estaba también, si Saprissa le ganaba la Liga y la foto principal era esa. A mí no me van a decir que lo más importante que pasó en el día en Costa Rica fue que esa Saprissa ganó. No, no es así.

-¿En el caso del periódico lo que prima es que se quiere vender el producto?

-Claro y para venderlo piensa en qué espera la gente. Exactamente igual los políticos. Por eso es que un régimen de libertad es como es una democracia, es un régimen de opinión pública, es un régimen en el que todos los actores están muy pendientes de los climax y de los vaivenes de la opinión pública para buscar aprovecharlos, potenciarlos, etcétera

Esa opinión pública ni cae del cielo ni nace espontáneamente del cerebro de cada persona; esa opinión pública nace de la conversación pública. Las personas nos formamos nuestra opinión sobre el presidente, sobre los restaurantes que son buenos, sobre los equipos de fútbol, sobre Keylor Navas, sobre la moral.

La opinión pública nace de la conversación pública cotidiana.

Nuestras opiniones sobre todos los temas sí, ciertamente son mis opiniones, es verdad, pero no nacieron de mí solitas las voy forjando en la conversación cotidiana, en la conversación íntima de familia en la de amigos, en la de compañeros de trabajo y también en los estímulos comunicacionales que me llegan por la radio, por la televisión, por Internet, por los periódicos

Entonces, creo  que el elemento más importante de salud de una democracia es la calidad de su conversación públic;, es decir, entre más informada, entre más respetuosa, entre más tolerante, entre más plural sea la conversación en una sociedad, mejor va a funcionar esa sociedad.

-Pero ¿eso no está ocurriendo en estos momentos en una sociedad como la nuestra?

-Para nada. Nosotros lo que vivimos en este momento es un estrés permanente. No solamente porque la vida ya de por sí es estresante y es difícil, sino además porque los propios medios de comunicación, los tradicionales y los nuevos contribuyen a ese  estrés. Esto es muy difícil de resolver, porque esto tiene que ver no con que un periodista sea mal periodista o que sea sucesero y que sea amarillista. Esto tiene que ver con la estructura misma de la  industria de producción de noticias.

Yo no le puedo pedir a Canal 7 o a Repretel que me den la noticia hoy, en la tarde, a la edición de las 7 de la noche sobre cuántos partos salieron bien en la maternidad Carit, o de  cuántas averías arregló Acueductos y Alcantarillados, o, cuántos padres tuvieron hoy una cena bonita con sus hijos.

Sería un estúpido si espero que esas sean las noticias del día, que serán la mujer que murió por mal praxis en el parto, la calle que arruinó Acueductos y Alcantarillados, o los vecinos que tienen tres semanas sin agua, el tráfico de drogas y el y el papá que le pegó a los chiquitos. ¿Por qué?

Lo que despierta la atención de la audiencia es lo diferente, lo anómalo, el suceso…

Porque  lo que despierta la atención de la audiencia, de los espectadores, de los lectores es lo atípico, o anómalo, lo diferente, lo excepcional, lo raro. De alguna manera nos creamos la idea equivocada de que eso es un reflejo de la realidad. Pero eso no es un reflejo de la realidad; es la construcción de una parte de la realidad, es buscar lo excepcional, lo raro, incluso lo grotesco, lo angustiante lo que tiene que despertar a nuestra alarma buscarlo y meterlo en una edición de una hora o meterlo en un periódico de 20 páginas, o lo que sea, pero esa ese no es un reflejo de la realidad.

Pero eso se nos va y así es todo el día. Además,  antes el periódico tenía periodicidad era un día para otro y ahora CNN USA, inaugura el tema de las noticias 24 horas y ya con el teléfono móvil ya eso es algo permanente porque si la notificación no la recibo de Teletica.com, la voy a recibir de un amigo que cuestionó una posición mía en un post que hice en Facebook o la voy a recibir de un familiar que tiene problemas a través de WhatsApp, es decir, todo el día voy a estar recibiendo pinchazos eléctricos para mantenerme en alerta. Díganme usted en esas condiciones, cómo puedo yo tener conversación, esa tertulia.

-Los medios de comunicación, en términos generales, se olvidaron del debate público, con excepción del periodo electoral. Esto no ha ayudado a la educación política del costarricense. ¿Es así?

-Por ejemplo, ahora Canal 7 hace el esfuerzo de tener el programa “Estado Nacional” con Liliana Carranza los domingos. Usted ve otros países y esto es más permanente, Por ejemplo, los debates no solo se dan en la televisión pública, sino que también en la privada. Ahora qué me dicen a mí las personas que trabajan en medios con las que he podido hablar de este tema:  el rating se les cae.

Estado Nacional, en Canal 7, bajo la conducción de Lilliana Carranza.

¿Mal  educada a la gente? ¿Culpa de los mismos medios?

-Esto es circular.  Al final del día creo que la raíz del problema de la democracia es cultural y no pasa por hacer reformas legales o nuevas leyes. Podemos traer la constitución política de Noruega y al día siguiente vamos a seguir siendo iguales, porque aquí vivimos costarricenses.

Creo que una sociedad prospera y se hace más justa, más igualitaria, más solidaria cuando su nivel cultural se eleva. Creo que el desafío nuestro, como  sociedad,  al que pueden contribuir los medios de comunicación y los políticos es  elevar el nivel cultural de nuestra sociedad.

¿Eso está pasando? No, todo lo contrario. Cuando se ve lo que está pasando  en la en la base de esto, que es el sistema educativo, uno se da cuenta de que de que  no estamos por buen camino.

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