8 DE MARZO, Día Internacional de la Mujer: dignidad, respeto y justicia

“Ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos en pie” (Emily Dickinson 1830-1886, poeta estadounidense)

Adriana Núñez, periodista Visión CR

La Organización de Naciones Unidas (ONU) y muchos países del mundo, conmemoran cada 8 de marzo la lucha milenaria de las mujeres por su participación justa en la sociedad y por la apertura de oportunidades en igualdad de condiciones, para su desarrollo íntegro como personas,

Para nadie es un secreto que tal y como lo ha indicado el último informe anual del programa ONU-Mujeres, la situación mundial actual es precaria para muchas personas. Sin embargo, es una mayoría de mujeres y niñas la que corre con más riesgos, “a pesar de que en una crisis, las mujeres a menudo son las primeras en responder”.

Según la Dra. Phumzile Mlambo-Ngcuka Directora Ejecutiva de dicho programa, “la pandemia de COVID-19 dio nueva notoriedad y perfil a las funciones esenciales de las mujeres en lo social, político y económico: como trabajadoras sanitarias en la primera línea, líderes confiables y organizadoras del hogar. Demostró también la dependencia de muchos sistemas públicos y privados en las múltiples -y a veces mal remuneradas- funciones de las mujeres, y la fragilidad de esas estructuras”.

Aunque reconoce numerosas acciones de “progreso” en los últimos 25 años, la funcionaria indicó que la hora ha llegado para que “no reconstruyamos un mundo como el anterior; coloquemos a las mujeres y las niñas al centro de los planes para un futuro mejor”.

Ello significará dar un paso adelante para que en todas las naciones del mundo, el sistema político y jurídico tengan la obligación de actuar en procura de la igualdad de género, entre otras cosas, coordinando con nuevos marcos de cooperación de la ONU para llevar a cabo programas de desarrollo en distintos países donde realmente se necesita impulsar avances puntuales en materia de dignidad, igualdad y respeto.

Las mujeres han recorrido un difícil y extenso camino en la búsqueda de equidad. Una ruta en la cual han quedado sellados con sudor, lágrimas y sangre, muchos de los ideales que enarbolaron generaciones de féminas que lucharon por mejores condiciones de vida para sí mismas y sus descendientes.

Pero aún falta un largo trecho por recorrer para alcanzar el sano equilibrio entre hombres y mujeres, que permita -en un marco de justicia y transparencia- mayores oportunidades, entornos libres de violencia y el pleno desarrollo social, económico y espiritual.

Hechos históricos que dieron pie a la conmemoración:

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el primer Día Internacional de la Mujer que provocó un importante impacto social, surgió a raíz de una manifestación de trabajadoras que se había realizado en Nueva York en 1857.

Posteriormente, varios acontecimientos relevantes fueron abriéndose paso para ir concretando el objetivo de hacer visibles las peticiones de miles de mujeres en relación con sus derechos civiles y laborales.

El 28 de febrero de 1909 se efectuó por primera vez en los Estados Unidos el «Día Nacional de la Mujer» organizado tras una declaración del Partido Socialista de esa nación en honor a la huelga de las trabajadoras textiles de 1908, en la que, debido a las precarias condiciones en las que se desempeñaban, en las ciudades de Chicago y Nueva York, unas 15,000 mujeres marcharon en señal de protesta, exigiendo una reducción de la jornada laboral, mejores salarios y derecho al voto.

En 1910, en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas que se efectuó en Copenhague, se reiteró la demanda de sufragio universal para todas las mujeres y a propuesta de Clara Zetkin, activista alemana de origen judío, se proclamó el Día Internacional de la Mujer Trabajadora aunque en la ocasión, no se fijó una fecha específica para dicha celebración.

Sin embargo, como consecuencia de la decisión tomada en Copenhague el año anterior, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora se festejó por primera vez el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con encuentros a los cuales concurrieron más de un millón de personas, quienes exigieron el derecho de votar para las mujeres y el de ocupar cargos públicos; también el derecho al trabajo, a la formación profesional y a no ser discriminadas en su espacio de trabajo.

Paradójicamente, menos de una semana después, el 25 de marzo de 1911, 123 jóvenes trabajadoras y 23 varones, la mayoría inmigrantes, murieron en el trágico Incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York, pues habían sido encerradas en las instalaciones sin posibilidad de escape.

La tragedia desató llamaradas sociales

El terrible suceso acaecido en Nueva York tuvo importantes repercusiones en la legislación laboral de los Estados Unidos. Fue un hecho que alcanzó un profundo eco en las conmemoraciones posteriores del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, donde se hizo referencia a las condiciones laborales que condujeron al trágico acontecimiento en el que -como hemos mencionado- perdieron la vida 146 personas, féminas en su mayoría.

Ya en 1913, en el marco de los movimientos en pro de la paz que surgieron poco antes de la Primera Guerra Mundial, las mujeres de Rusia decidieron celebrar su primer Día Internacional de la Mujer fijando la fecha en el último domingo de febrero.

Un año después, en 1914, se sumaron a Rusia, Alemania y Suecia. Fue entonces cuando el Día Internacional de la Mujer se conmemoró por primera vez, de manera oficial, el 8 de marzo. Su efecto produjo que en los demás países de Europa, las mujeres celebraran mítines en torno a este acontecimiento para protestar por la guerra y solidarizarse con otras mujeres

No obstante, en España la actividad se efectuó hasta 1936, organizada por la dirigente comunista Dolores Ibárruri, conocida como “la Pasionaria”.

Naciones Unidas formaliza la conmemoración a nivel mundial

Tendrían que pasar varias décadas para que por primera ocasión, en 1975, la ONU celebrara el Año Internacional de la Mujer, visualizando la difícil situación de millones de féminas a lo largo y ancho del planeta. Como consecuencia, dos años después, en diciembre de 1977, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su Resolución 32/14262​ invitó a todos los estados a que proclamasen, de acuerdo con sus tradiciones históricas y costumbres nacionales, una jornada “para los derechos de la mujer y la paz internacional” y que informaran de ello al secretario general de la ONU.

Bernarda Vásquez Méndez (1918 -2013​) fue la primera mujer en emitir el voto en Costa Rica. El 30 de julio de 1950, tras la lucha iniciada en 1923 por La Liga Feminista, se logró que la Constitución de 1949, otorgara a las costarricenses el derecho al sufragio. A partir de ahí se fortaleció la lucha por reivindicar la situación de todas las mujeres en el país.

Fue así como los distintos países se fueron sumando a la celebración, aunque algunos en fechas diferentes. En América Latina, Chile acuerpó el 8 de marzo como Día internacional de la mujer; otras naciones de la región harían lo mismo. En Estados Unidos no fue sino hasta 1994, cuando Beata Poźniak, una actriz inmigrante de Polonia reivindicó, mediante solicitud al Congreso, el reconocimiento de la fecha del 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer.

En esa misma fecha histórica, hace escasos años, en 2017, organizaciones feministas de más de 50 naciones impulsaron el “Primer Paro Internacional de Mujeres para visibilizar la violencia machista en todas sus formas y expresiones: sexual, social, cultural, política y económica” una actividad que se volvió a convocar al año siguiente.

Definitivamente, la fuerza de la mujer reside en su capacidad de defender la vida humana, la paz y la justicia social.

“Si valoramos lo que hemos heredado de manera gratuita del esfuerzo de otras mujeres que lucharon antes, sin duda es moralmente ético levantarnos y decir: Sí, soy feminista” (Annie Lennox, cantante y activista británica, 1954).